26-28 Oct 2020 Períodos de sesiones
Reunión virtual, 26 a 28 de octubre 2020
Poner fin al racismo es tarea de todas y todos, y constituye un aspecto central en la construcción de sociedades más justas, democráticas e igualitarias, coincidieron autoridades de la región durante el lanzamiento del libro Afrodescendientes y la matriz de la desigualdad social en América Latina: retos para la inclusión, presentado hoy en el marco del trigésimo octavo período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La presentación del documento, elaborado por la CEPAL y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), a solicitud del Gobierno de Costa Rica, estuvo a cargo de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión regional. En los comentarios participaron Epsy Campbell, Vicepresidenta de Costa Rica; Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA (por video); Rocío Muñoz Mayo, Integrante del Colectivo Presencia y Palabra: Mujeres Afroperuanas; y Harold Robinson, Director Regional del UNFPA para América Latina y el Caribe. Moderó la sesión Adriana Murillo, Embajadora de la República de Costa Rica en Chile.
“Es este el documento más robusto y más serio sobre afrodescendientes a nivel regional y mundial. Es un documento serio, con datos precisos, con perspectiva de análisis, que sirve de base para la elaboración de políticas públicas y estrategias capaces de promover reconocimiento, justicia y desarrollo para los pueblos afrodescendientes”, afirmó Epsy Campbell, Vicepresidenta de Costa Rica.
Agregó que la cultura del privilegio lastima y acaba con la posibilidad de que mayorías tengan garantizados sus derechos.
“La estructura de la discriminación y el racismo tiene unos techos no de vidrio, si no de hierro que parece que no se pueden romper. Sin igualdad étnico-racial no hay democracia efectiva ni ciudadanía plena y por ello tampoco hay desarrollo sostenible”, subrayó.
En la presentación del documento, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, precisó que en América Latina la población afrodescendiente asciende a 134 millones de personas, lo que representa el 21% de la población de la región. Pese a ello, las constituciones políticas de solo 13 países condenan la discriminación racial; 5 hacen referencia específica a las personas afrodescendientes y 3 reconocen a los afrodescendientes como pueblos. En 16 países hay leyes contra la discriminación racial y la tipifican como delito y 14 países cuentan con mecanismos gubernamentales de promoción de la igualdad racial o para asuntos afrodescendientes.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas advirtió que el racismo es parte central de la cultura del privilegio y que las desigualdades étnico-raciales son estructurales y afectan a todos los derechos.
Precisó que la pobreza y la pobreza extrema son más severas entre la población afrodescendiente y las brechas persisten incluso en países con bajos niveles de pobreza. Asimismo, los índices de feminidad de la pobreza son más elevados en los hogares afrodescendientes y 1/3 de la población afrodescendiente es vulnerable a la pobreza.
La mortalidad infantil, materna y el embarazo adolescente son más elevados, al igual que los niveles de desempleo que afectan especialmente a mujeres y jóvenes aun cuando tengan mayores niveles de escolaridad, alertó Alicia Bárcena.
Al mismo tiempo, diversas formas de violencia coartan la vida y el desarrollo de las personas afrodescendientes, y el racismo y la xenofobia profundizan la exclusión social y laboral de los migrantes, que se han exacerbado por la pandemia, advirtió.
“Las profundas desigualdades estructurales y la persistencia del racismo como componente fundamental de la cultura del privilegio obligan no solo a la implementación de políticas universales sino también políticas de acción afirmativa, como parte del enfoque de un universalismo sensible a las diferencias. El reconocimiento, visibilidad y garantía de los derechos de las poblaciones afrodescendientes son claves para las democracias del siglo XXI”, expresó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
La máxima representante de la Comisión instó a garantizar los derechos de las personas afrodescendientes redoblando esfuerzos a fin de lograr mayor igualdad en menores plazos y asegurar la plena participación afrodescendiente, incluyendo mujeres y jóvenes, en el diseño y seguimiento de políticas públicas. Llamó también a implementar políticas de lucha contra el racismo estructural e institucional, contra las prácticas discriminatorias y la violencia racial, de manera sostenida.
“Para no dejar a nadie atrás urge incluir a las personas afrodescendientes en el cumplimiento de la Agenda 2030, y garantizar el ejercicio de sus derechos”, concluyó Alicia Bárcena.
Por su parte, en un mensaje en video, Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, manifestó su confianza en que el documento presentado hoy contribuirá a reforzar el compromiso de los Estados, organizaciones nacionales e internacionales y sociedad civil a combatir el racismo, la inequidad y poner fin a la discriminación.
Rocío Muñoz Mayo, del Colectivo Presencia y Palabra: Mujeres Afroperuanas, advirtió que en muchos de nuestros países se ha avanzado en la institucionalización estatal para la atención de la población afrodescendiente, sin embargo, sigue siendo la transversalización un problema central.
El Director Regional del UNFPA para América Latina y el Caribe, Harold Robinson, destacó que el documento permite contar con un panorama actualizado de las desigualdades que enfrenta la población afrodescendiente en la región, que se ven acentuadas en el contexto del COVID-19, e instó a seguir atentos al avance en el empeoramiento de los indicadores para la población afrodescendiente y la poca prioridad que están dando los países a atender esta situación.
“Requerimos un mayor compromiso de todos los gobiernos, pero también de otros actores, parlamentarios, organizaciones de sociedad civil, cooperantes, sistema de Naciones Unidas para encarar con determinación esta situación”, subrayó.