Nota informativa
El informe Flujos de capital hacia América Latina y el Caribe. Resumen del año 2019 (disponible solo en inglés), difundido recientemente por la Oficina de la CEPAL en Washington, repasa las principales tendencias de 2019 respecto de los flujos de capital hacia la región. Según el estudio, las tasas de interés globales a la baja apoyaron la actividad de bonos en América Latina y el Caribe en 2019. Los prestatarios gozaron de condiciones de financiamiento fáciles, ya que las reducciones en las tasas de interés hechas por la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Banco Central Europeo permitieron que emitieran bonos denominados en moneda extranjera a tasas cada vez más bajas.
Los prestatarios mexicanos, brasileños y chilenos fueron los que más aportaron al desempeño de la región. Juntos fueron los tres emisores más grandes (al combinar la emisión soberana y corporativa) y explicaron un 64% de la emisión total de bonos de América Latina y el Caribe en 2019.
Las acciones y los spreads de deuda de América Latina se recuperaron de la derrota provocada por el aumento de la volatilidad y percepción de riesgo en los mercados mundiales durante el segundo semestre de 2018. Los spreads de deuda se contrajeron 222 puntos básicos (comparado con una ampliación de 149 puntos básicos en 2018), mientras que las acciones subieron 14% (comparado con una pérdida de 9% en 2018), según el índice MSCI latinoamericano.
La emisión total de deuda en los mercados internacionales alcanzó los 119.000 millones de dólares en 2019, con un alza de 26% respecto de los 94.000 millones emitidos en 2018. Se trató solamente del quinto volumen anual más grande, ya que la actividad de algunos emisores grandes en el pasado, como Argentina, estuvo atenuada. Los emisores corporativos lideraron el camino al emitir más de 64% del total. Casi 90% de la deuda total que las empresas de la región vendieron en los mercados internacionales fue denominada en dólares estadounidenses, porque aprovecharon de las bajas tasas de interés y del apetito de mejores rentabilidades por parte de los inversionistas. Sin embargo, el aumento de la deuda corporativa expone a las empresas a una apreciación fuerte del dólar, la cual aumentaría el costo de sus pagos de interés.
En general, la calidad crediticia se deterioró en 2019. Al analizar todas las acciones de calificación crediticia, incluyendo las revisiones de las perspectivas, hubo 18 acciones positivas y 22 negativas. Las acciones de calificación crediticia negativas han superado en número a las acciones positivas en la región por siete años consecutivos, pero el desequilibrio mejoró en 2019. Hubo 4 acciones negativas más que positivas en la región en 2019, comparado con 15 más en 2018.
Por otro lado, se recuperaron las emisiones de bonos verdes de la región en los mercados internacionales. En 2019, las emisiones internacionales de bonos verdes de América Latina y el Caribe sumaron 5.450 millones de dólares, y representaron 4,6% de la emisión total de bonos internacionales de la región. En junio, Chile se convirtió en el primer país de la región en emitir bonos verdes.
Mirando hacia adelante, los emisores de América Latina y el Caribe estuvieron activos en los mercados internacionales de deuda en enero de 2020, al emitir más de 38.000 millones de dólares, un récord mensual para la región. De ese monto, alrededor de 62% fue colocado por emisores corporativos, mientras que los bonos emitidos por seis países soberanos explicaron el 38% restante.
Las empresas refinanciaban sus deudas existentes para asegurarse bajas tasas ante cualquier volatilidad en el mercado en los meses anteriores a la elección presidencial de los Estados Unidos, o por si eventos inesperados como la epidemia del Coronavirus generaran turbulencia en los mercados. Por el contrario, las emisiones soberanas de enero siguieron la tendencia positiva observada en 2019 entre las emisiones de bonos verdes, sociales y sostenibles de la región. Chile vendió bonos verdes valuados en 1.960 millones de euros y bonos en dólares valuados en 1.650 millones de dólares, y Ecuador se convirtió en el primer emisor soberano en vender bonos sociales en el mercado internacional.