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Combatir los flujos ilícitos del comercio, atacar el incumplimiento tributario y establecer mecanismos para el alivio de la deuda de las naciones más vulnerables son acciones clave para ampliar el espacio fiscal de los países en desarrollo en el marco de la actual crisis derivada de la pandemia de COVID-19, recalcó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante un evento de alto nivel con Jefes de Estado y de Gobierno realizado durante la 76⁰ Asamblea General de las Naciones Unidas.
La máxima autoridad de la CEPAL fue una de las oradoras principales de la Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno sobre empleos y protección social para la erradicación de la pobreza, convocada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En la oportunidad se presentó el informe de políticas del Secretario General Investing in Jobs and Social Protection for Poverty Eradication and a Sustainable Recovery (disponible solo en inglés).
El evento fue inaugurado por António Guterres y el Primer Ministro de Jamaica, Andrew Holness, en su calidad de convocante de la Iniciativa sobre el Financiamiento para el Desarrollo en la Era de COVID-19 y más allá (FfDI, por sus siglas en inglés). Guy Ryder, Director General de la OIT, presentó el marco de referencia temático del encuentro.
En su intervención, Alicia Bárcena señaló que la lucha contra la evasión fiscal y los flujos financieros ilícitos, que son obstáculos fundamentales para la movilización de recursos internos en América Latina y el Caribe, tendría importantes efectos en la ampliación del espacio fiscal. “Hablamos de US$ 325.000 millones al año, y esto requerirá de la cooperación internacional, porque los recursos de toda esta evasión se dirigen hacia algunos países”, dijo.
Indicó que los flujos financieros ilícitos que se derivan de la manipulación del comercio internacional de bienes se estiman haber llegado a los US$ 85.000 millones (1.6% of GDP) y muchos de esos flujos están relacionados a productos que forman parte de las cadenas globales de valor, lo que apunta a posibles abusos relacionados con la transferencia de precios.
Agregó que también se necesita urgentemente expandir el universo de las compañías multinacionales a las cuales se les puede aplicar un impuesto corporativo mínimo de 15%, así como una mejor distribución de estos recursos entre los países desarrollados y las naciones en desarrollo.
“Por otra parte, el alivio de la deuda es una de las principales medidas que debemos implementar, especialmente en el Caribe. Por eso la CEPAL propone el alivio del 12% de la deuda total de esa subregión para crear un Fondo de Resiliencia del Caribe”, añadió.
Con respecto a la asignación de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, recientemente aprobada, Bárcena celebró la medida y enfatizó que esta debe ir acompañada de un reciclaje voluntario desde países desarrollados hacia los países en desarrollo. Señaló que debe explorarse la creación de un fondo fiduciario para países de renta media donde los bancos de desarrollo e instituciones financieras regionales puedan actuar, ya que la región de América Latina y el Caribe es la más endeudada del mundo en desarrollo y hoy debe destinar el 59% de sus exportaciones de bienes y servicios al pago del servicio de la deuda.
“Hay algunos temas clave que debemos abordar porque la nuestra es una región que enfrenta importantes brechas estructurales, desigualdad, sistemas de salud desfinanciados, además de brechas acumuladas en protección social. Entre ellos están la informalidad y la desigualdad, que afectan principalmente a las mujeres y a los jóvenes”, declaró Bárcena finalmente.
Alicia Bárcena participó en el Panel 1 de la reunión, junto con Kristalina Georgieva, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI); David Malpass, Presidente del Grupo Banco Mundial; Mathias Cormann, Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); Mauricio Claver-Carone, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Muhammad Sulaiman Al Jasser, Presidente del Banco de Desarrollo Islámico; Akinwumi A. Adesina, Presidente del Banco de Desarrollo Africano; Achim Steiner, Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); y Mafalda Duarte, CEO del Fondo de Inversión Climático.