Nota informativa
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, instó hoy a los países de la región a implementar una recuperación económica pospandemia sobre bases ambientalmente sostenibles y con igualdad, a través de nuevas coaliciones políticas internas e internacionales y formas inéditas de cooperación que sostengan el cambio en el estilo de desarrollo.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas intervino hoy en el XXII Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, organizado por el Gobierno de Barbados, en su calidad de presidente del foro, y la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Alicia Bárcena participó como invitada especial en el panel ministerial de alto nivel “La dimensión ambiental de la recuperación del desarrollo sostenible del COVID-19”, que fue encabezado por Mia Mottley, Primera Ministra de Barbados, e Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA. Participaron también los Ministros de Medio Ambiente de Argentina, Juan Cabandié; Brasil, Ricardo Salles; de Granada, Simon Stiell; Honduras, Elvis Rodas; y de Nicaragua, Sumaya Castillo.
Durante su intervención, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL afirmó que el modelo de desarrollo imperante es extractivista, desigualador, promueve la cultura del privilegio y la concentración de la riqueza.
Añadió que el COVID-19 ha magnificado los problemas estructurales y vulnerabilidades preexistentes de este modelo en América Latina y el Caribe agravando las desigualdades entrecruzadas, el crecimiento mediocre, la baja productividad, la alta informalidad, la insuficiente diversificación de exportaciones, el poco espacio fiscal y el deterioro ambiental creciente.
“La comunidad científica nos ha advertido constantemente sobre la gravedad del tema ambiental. Hemos superado umbrales planetarios críticos rebasando la capacidad de carga de la base natural que nos sustenta. 47% de los ecosistemas naturales están deteriorados, 25% de especies están en peligro de extinción y, quizás lo más preocupante, es la destrucción de la integridad ecológica de sistemas claves que pone en riesgo la alimentación del futuro”, alertó.
Alicia Bárcena afirmó que América Latina y el Caribe enfrenta una doble asimetría al ser una región que emite menos del 8,3% de gases de efecto invernadero pero que es altamente vulnerable al cambio climático. Subrayó en particular el caso del Caribe donde más del 50% de la población vive por debajo de 5 metros respecto al nivel del mar y está muy expuesta, junto con Centroamérica, a crecientes eventos meteorológicos extremos.
Citó como ejemplo los casos de los huracanes IOTA y ETA que ocasionaron daños y pérdidas que alcanzaron un monto de 2.163 millones de dólares en Honduras y de 772 millones de dólares en Guatemala, según el cálculo de la CEPAL.
“Nos unimos al llamado del Secretario General de la ONU, António Guterres, para que el financiamiento para la adaptación se incremente del 20% al 50%”, afirmó.
Subrayó que la pandemia está generando múltiples impactos económicos en el Caribe, incluyendo una caída del 6,9% en el crecimiento y la expansión del déficit fiscal. Sectores clave, como el turismo, se han visto muy afectados y, sobre todo, las mujeres. Los niveles de endeudamiento ya son elevados, con un promedio del 70% del PIB, y los costos del servicio de la deuda alcanzan el 30% de los ingresos en 2019.
“La región necesita ayuda financiera a una escala capaz de hacer frente al impacto de la crisis. ¡Reafirmo nuestro compromiso con la estrategia de la CEPAL de El Caribe Primero!”, expresó.
La máxima representante de la CEPAL subrayó que lo ambiental es crucial para conectar la emergencia con la recuperación y la década de acción para enfrentar los principales desafíos del planeta.
Resaltó además la estrategia denominada Construir un nuevo futuro: Una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad, presentada por la CEPAL a los países de la región durante el 38º período de sesiones celebrado en octubre de 2020. En ella, la Comisión recomienda seleccionar sistemas sectoriales dinámicos mediante políticas industriales, ambientales y fiscales explícitas que articulen inversiones públicas y privadas y que generen empleos formales masivos.
“A esto le hemos denominado ‘gran impulso ambiental’”, subrayó.
Finalmente, Alicia Bárcena instó a implementar un nuevo acuerdo y un pacto de financiamiento para el desarrollo y a la refundación del Acuerdo de Bretton Woods para que de una vez por todas enfoque la deuda de manera colectiva, redistribuya la liquidez del norte al sur, que capitalice los bancos de desarrollo y aumente el apoyo financiero a la adaptación.