Comunicado de prensa
América Latina y el Caribe perdió 2,9 años de esperanza de vida al nacer entre 2019 y 2021 a consecuencia del COVID-19, pasando de 75,1 años en 2019 a 72,1 años en 2021, lo que la convierte en la región del mundo que perdió más años en la esperanza de vida debido a la pandemia, reveló un análisis de las tendencias recientes de la población de la región realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
De acuerdo al organismo, la caída entre 2019 y 2021 fue mayor en América Central, con una pérdida de 3,6 años, aunque se evidenció una aceleración en la pérdida de esperanza de vida en el Caribe en 2021, así como grandes desigualdades entre países.
Las proyecciones suponen que ya en 2022 comenzará la recuperación de los años perdidos de esperanza de vida, debido al proceso de vacunación y las medidas tomadas por los países para combatir la pandemia.
Las estimaciones y proyecciones de las tendencias recientes de la población de América Latina y el Caribe fueron elaboradas por el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL en conjunto con la División de Población de las Naciones Unidas y dadas a conocer el 11 de julio de 2022, con ocasión del Día Mundial de la Población.
Según el análisis, la población de la región pasó de 168,3 millones de personas en 1950 a poco más de 660 millones en 2022 y se espera que comience a decrecer en aproximadamente 34 años.
La región pasó de un crecimiento medio anual de 4,5 millones de personas entre 1950 y 1951 a un máximo de cerca de 8,3 millones a inicios de los años 90. A partir de 1991 el crecimiento poblacional de la región empezó a desacelerarse y, actualmente, la población crece a un ritmo de menos de 5 millones de personas al año.
El crecimiento cada vez menor de la población, resultante principalmente de la disminución de la fecundidad, llevará a la región a alcanzar su población máxima en el año 2056, con un total de 751,9 millones de personas, señala el análisis, que advierte un quiebre en la tendencia del crecimiento de la región en 2020 y 2021, como efecto de la pandemia de la COVID-19.
El análisis evidencia también un envejecimiento poblacional y la aproximación del fin del bono demográfico. Precisa que la región se encuentra en una etapa de envejecimiento relativamente acelerada y se proyecta que ya en 2047 la población de personas con 60 años y más supere a la de menos de 15 años. Se estima que en 1967 la relación de dependencia de la región empezó a decrecer, marcando el inicio del bono demográfico, mientras que, en 2029, se proyecta que la población dependiente (menores de 15 años y de 65 años y más) crecerá más que la población en edad de trabajar (de 15 a 64 años), lo que indica el aumento de la relación de dependencia y el fin del bono demográfico en la región, un bono que duraría cerca de 62 años. Sin embargo, persiste la heterogeneidad regional, existiendo distintos ritmos de envejecimiento.
Agrega que la fecundidad cayó por debajo del nivel de reemplazo y siguió aumentando la edad media de la fecundidad. La tasa global de fecundidad (TGF) de América Latina y el Caribe en 2022 es estimada en 1,85 nacidos vivos por mujer, cifra que está por debajo del nivel de reemplazo desde 2015. La proyección de la TGF de la región indica que ésta seguirá bajando y llegará a 1,68 en 2100.
Asimismo, la edad media de la fecundidad mantuvo una tendencia decreciente en la región entre 1950 y 2000 debido a la disminución del número de hijos por mujer y registró su valor mínimo en 2000 con 26,9 años. A partir de 2013 comenzó a aumentar y actualmente se observa un valor de 27,6 años, lo que señala que la baja fecundidad viene acompañada por un número mayor de mujeres teniendo hijos en edades más avanzadas. De acuerdo con las proyecciones, se espera que esa tendencia continúe y que la edad media alcance 30,4 años en 2100.
Respecto a la fecundidad en las adolescentes de 15 a 19 años, las estimaciones y proyecciones muestran que América Latina y el Caribe presenta tasas de las más altas en el mundo, quedando solamente por debajo de las tasas estimadas y proyectadas para África. Pese a lo anterior, la región como promedio ha logrado aumentar el ritmo de descenso de la fecundidad adolescente desde 2010 pasando de 73,1 hijos por 1000 mujeres de 15-19 años en 2010 a 52,1 en 2022. Sin embargo, sigue siendo un valor elevado comparado con otras regiones del mundo y es 48% mayor que el promedio mundial. Nueve países de la región se encuentran entre los 60 países con mayor tasa de fecundidad adolescente del mundo en 2015-2020.
Finalmente, el análisis aborda la creciente importancia de la migración intrarregional y advierte que uno de los principales desafíos para el estudio de la migración es la disponibilidad de fuentes de datos que den cuenta de los patrones migratorios, flujos y características de la población migrante.
Precisa que América Latina y el Caribe se caracteriza por ser una región expulsora de población, con saldo migratorio negativo desde 1950 a la fecha. En ese sentido, y pese a las dificultades de movimiento de la población durante la pandemia, principalmente por el cierre de fronteras, la región presentó saldos migratorios negativos en 2020 y 2021, pero inferiores a los estimados para 2019.
El dinamismo con que se dan los cambios demográficos en la región, en especial el descenso de la fecundidad y los movimientos migratorios, y recientemente el impacto del COVID-19, llevan a que la CEPAL, en conjunto con la División de Población de las Naciones Unidas, realice un constante monitoreo y revisión de las estimaciones y proyecciones de población. Solo con información oportuna y de calidad es posible elaborar estimaciones y proyecciones de población que reflejen la realidad demográfica de los países de la región y del mundo.