Nota informativa
Intervención de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, en la clausura de los trabajos de la Quinta Reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible
9 de marzo, 2022
Costa Rica
VOCATIVOS
Rodolfo Solano Quirós, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica,
Estimadas autoridades nacionales y Miembros del Cuerpo Diplomático,
Queridos colegas Directores de las Agencias Fondos y Programas presentes en América Latina y el Caribe,
Queridos coordinadores residentes del Sistema de Naciones Unidas en la región,
Representantes de Organismos Internacionales,
Estimados representantes de las organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y de la academia,
Queridas y queridos colegas de la CEPAL,
Amigas y amigos,
Concluye hoy, creo exitosamente, la quinta edición del Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible.
Ha sido singular por múltiples razones. Uno, por la rica intensidad de los intercambios a los que hemos asistido. Testimonio del interés y compromiso de los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado la academia y todas y todos quienes participaron en las intensas discusiones de estos tres días.
Dos, porque hace mucho tiempo, demasiado, no teníamos la oportunidad de encontrarnos presencialmente. Es cierto que persistimos en nuestros esfuerzos de siempre, incluso redoblamos el trabajo en múltiples áreas durante el período de la virtualidad y la distancia. Nos encontramos en innumerables ocasiones a través de pequeños cuadrados en la pantalla. No es lo mismo, y estas jornadas en San José lo han demostrado.
Necesitamos el calor gregario de las otras y los otros, la comunidad cálida que se forja en sala y fuera de sala. Esos minutos invaluables donde, además de los ricos temas que motivan nuestros encuentros, se abren los espacios del afecto, del abrazo, del intercambio de nuestros mundos personales. Cuanta falta nos hacía.
Y sumo, por supuesto, una tercera singularidad a este Foro. Será, probablemente, la última ocasión en la que me dirija a ustedes como Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
Agradezco al Presidente Alvarado y al pueblo de Costa Rica por su hospitalidad, por su cariño y por acoger con tanta eficiencia y éxito esta quinta reunión del Foro. Agradezco todo el trabajo realizado durante estos años a cargo de la Presidencia de la CEPAL en un contexto tan adverso como el que atravesamos producto de la pandemia. Reconozco la vocación integradora de Costa Rica y su liderazgo para impulsar temas tan relevantes como el desarrollo en transición y la urgencia de una renovada cooperación internacional.
Gracias a usted, canciller Solano, y a todo su equipo por la ardua labor realizada; gracias también a la vicecanciller Adriana Bolaños, al vicecanciller Christian Guillermet y a la Ministra Consejera en la Misión Permanente de Costa Rica ante las Naciones Unidas, Verónica García.
Esta posta pasará pronto a manos de la Argentina, que acogerá en octubre nuestro próximo periodo de sesiones. No es, Costa Rica lo sabe bien, una tarea sencilla, pero estoy segura de que el Presidente Fernández, el Canciller Cafiero y sus equipos estarán a la altura del desafío.
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En esta tierra entrañable voy cerrando un ciclo. Casi 14 años que son mi orgullo mayor. Como todo trayecto humano, cruzado de luces y sombras, de muchas alegrías y no pocos quebrantos, pero que a la hora del balance entibian el corazón con profunda satisfacción. Las miro, los miro y me reafirmo en que pocos espacios como este resultan más oportunos para decir hasta luego.
Es este el espacio del encuentro con nuestros mandantes, representantes de los países que son el gobierno y el sujeto de los esfuerzos de la CEPAL.
Este espacio de diálogo, de intercambio, donde se suman los esfuerzos y aportes de cada una y cada uno de ustedes. Un fruto que nace de semillas compartidas donde la participación, la cooperación y la solidaridad han forjado el lugar de encuentro de las voces de nuestra América Latina y el Caribe.
A lo largo de estas tres jornadas, con franqueza generosa, se han intercambiado las experiencias de los esfuerzos que por un desarrollo sostenible se empeñan desde cada rincón de nuestra región, se exponen aciertos y dificultades, aprendemos juntos, constatamos que esos obstáculos que a veces creemos singulares, propios y locales, son en realidad frecuentes y comunes, más allá de nuestras fronteras. Descubrimos ideas innovadoras, prácticas originales, iniciativas efectivas que en ocasiones nos parecían inaccesibles, parte del arsenal de países con mayor desarrollo y que, sin embargo, vemos funcionar en comunidades hermanas.
Desde su fundación hace seis años en México, este Foro ha sido, con orgullo, un espacio multiactor. Estas jornadas de Costa Rica en buena hora lo ratificaron. Gobiernos y organismos internacionales comparten palabra y compromiso con nuestra vigorosa sociedad civil, con el aporte de nuestra academia, con la mirada de bancos, empresarios y otros actores del mundo privado en un espacio con voluntad horizontal.
Amigas y amigos,
Casi 1.200 personas participaron en esta Quinta Reunión del Foro, más de la mitad de ellas de manera presencial. Con orgullo podemos decir que 260 delegados se registraron para participar en este evento, además de 230 representantes del Sistema de la ONU, 21 de organismos intergubernamentales, 19 provenientes de instituciones financieras y 22 de agencias de cooperación, junto a más de 300 representantes de la sociedad civil, la academia, y el sector privado.
A ello hay que sumar a las miles de personas que han seguido la reunión por las plataformas sociales y las transmisiones públicas de nuestros trabajos.
Quiero reconocer la presencia de la Vicesecretaria General Amina Mohammed, quien en momentos bien complejos nos acompañó en persona, testimoniando el compromiso e interés del conjunto del Sistema de las Naciones Unidas con los desafíos presentes y futuros de América Latina y el Caribe. Ella nos estimuló a construir resiliencia ante la pandemia, a incrementar y acelerar las inversiones en la protección de nuestros pueblos y ecosistemas en las trincheras de la crisis climática. A dar un salto en transiciones justas, en conectividad digital, energía y sistemas alimentarios; a poner la recuperación de nuestros sistemas educativos en lugar protagónico y hacer avanzar los logros regionales en materia de igualdad de género.
El Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible es el espacio que permite a la región hablar con voz propia, reconocer su rica diversidad, pero al mismo tiempo, hacer converger y alentar aspiraciones comunes.
Una de las mentes más lúcidas del México del siglo XX, Carlos Monsiváis, acuñó un aforismo que hoy me parece muy pertinente. Es difícil tener certezas en este tiempo que nos ha tocado. A la inquietud de una pandemia larga que no tiene fin predecible, se ha sumado el horror de una guerra cuyos impactos son de una envergadura aún imposibles de anticipar. Decía Monsiváis: “O ya no entiendo lo que está pasando o ya pasó lo que estaba yo entendiendo”.
Por eso, para intentar entender lo que está pasando e imaginar caminos de futuro mejor, durante estas jornadas dimos a conocer el quinto informe sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, titulado Una década de acción para un cambio de época, en el que presentamos propuestas específicas en cuatro áreas: el fortalecimiento del multilateralismo, en particular en materia de financiamiento para el desarrollo; la mejora de la implementación de las políticas productivas, sociales y ambientales de alcance nacional y regional; el aumento de la resiliencia de las instituciones, y la superación de conflictos mediante acuerdos y pactos.
Este documento animó un rico intercambio entre las delegaciones estimulado por las miradas que sobre sus contenidos compartieron con nosotros el Presidente Carlos Alvarado, la Profesora Mariana Mazzucato y nuestro entrañable ex Secretario Ejecutivo de la CEPAL, Enrique Iglesias.
Estos tres días también dialogamos sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030 y abordamos la urgencia de una agenda innovadora de financiamiento para la recuperación. En este punto tuvimos el privilegio de escuchar la perspectiva de la banca de desarrollo regional e internacional y su contribución.
El martes 8 de marzo, junto a altas autoridades de gobierno, colegas de las Naciones Unidas y representantes de la sociedad civil, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, ocasión en la que reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad de género e instamos a acelerar el ritmo para lograr la igualdad sustantiva, en los hechos, y evitar retrocesos en América Latina y el Caribe.
También participamos en un rico diálogo sobre el desarrollo en transición y la necesidad de una renovada cooperación internacional para el desarrollo.
La importancia del seguimiento estadístico, cuantitativo y territorial de los Objetivos de Desarrollo Sostenible también fue analizada durante una sesión en la que presentamos los alcances de la nueva y renovada interfaz de CEPALSTAT y la Plataforma Regional de Conocimiento sobre la Agenda 2030 en América Latina y el Caribe, el SDG Gateway.
Compartimos una mesa especial para abordar los desastres naturales y la asimetría del cambio climático en el Caribe y repasamos los desafíos y oportunidades de la región para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad con miras a una recuperación sostenible.
Hoy, en nuestra jornada de clausura, hablamos sobre educación e igualdad de género y compartimos un diálogo sobre los desafíos y oportunidades con miras a reconstruir para mejorar después de la pandemia y al mismo tiempo avanzar hacia la plena implementación de la Agenda 2030.
Tuvimos también la oportunidad de escuchar a los ocho países de América Latina y el Caribe que presentarán sus informes nacionales ante el Foro Político de Alto Nivel que se realizará en julio en Nueva York. Es este otro ejemplo tangible de que este encuentro multiactor permite a la región llegar con una sola voz al escenario global.
Hemos tenido la oportunidad de contar con 28 eventos paralelos, 7 organizados por sociedad civil, 2 organizados por gobiernos, 19 organizados por el sistema de Naciones Unidas y 12 coorganizados por CEPAL, entre ellos, la quinta reunión del Foro Empresarial para los Objetivos de Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe 2022, y otro sobre los beneficios que representa el Acuerdo de Escazú para las inversiones.
Amigas y amigos,
Carlos Monsiváis también decía “el tema primero y último de las naciones latinoamericanas y caribeñas, el secreto a la luz del día es la hondura de su desigualdad social. Y hablar de la desigualdad es señalar las divisiones orgánicas de nuestras sociedades”.
En estos 14 años he intentado, junto al extraordinario equipo que conforman los centenares de mujeres y hombres que he dirigido en la CEPAL, alumbrar este secreto a la luz del día. Acopiar los datos, develar los números, construir en base a análisis rigurosos los argumentos para demostrar que el ancla estructural que inhibe nuestro desarrollo justo es el peso brutal de nuestro rasgo distintivo: la desigualdad.
No nos quedamos solo en el diagnóstico. Con el oído atento, con los ojos abiertos a los datos y necesidades de los países de nuestra región hemos tratado de construir propuestas, de dotarnos de herramientas analíticas y de política pública para avanzar, en pleno respeto a la voluntad soberana de cada uno de nuestros países, en el camino de nuestra urgente emancipación.
Amigas y amigos,
Ha sido para mi un período extraordinario. La joven que fui hace ya algún tiempo tomó precoz conciencia del orden injusto que se ofrecía ante sus ojos. Se encendió entonces una llama de rebeldía.
La mujer que soy hoy agradece que esa llama siga encendida y tengo la secreta esperanza de haber contagiado en otras y otros ese mismo fuego.
Hoy, en el momento del adiós, quiero evocar las letras de Galeano. Porque, cuando decimos igualdad, cuando decimos justicia, cuando decimos mañana, viene a mi encuentro uno de sus fragmentos esenciales. Y cito:
“Hay tantos derechos, pero entre ellos no figura el derecho de soñar, que es un derecho fundamental, sin el cual la pobre esperanza se moriría de hambre.
Si el sueño no nos permitiera anticipar un mundo diferente,
si la fantasía no hiciera posible esta capacidad un poco milagrosa que el bicho humano tiene de clavar los ojos más allá de la infamia,
¿qué podríamos creer?,
¿qué podríamos esperar?,
¿qué podríamos amar?
Porque, en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza de que este mundo, triste mundo convertido a veces en campo de concentración, contiene otro mundo posible.” Ese mundo posible a cuyo alumbramiento, con mis muchas limitaciones, pero también con toda mi energía, he intentado ayudar.
Muchas gracias.