Nota informativa
La pandemia del coronavirus (COVID-19) nos ofrece una encrucijada civilizatoria: o regresamos a la globalización concentradora, autoritaria, con el mismo diseño institucional, o construimos un futuro diferente, afirmó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante un seminario virtual organizado por la Fundación Carolina de España.
El evento titulado La acción multilateral en Iberoamérica frente a la COVID-19, fue moderado por Cristina Gallach, Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe del Gobierno de España. Junto a Alicia Bárcena, participaron Sebastián Nieto, Jefe de la Unidad de América Latina y el Caribe del Centro Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); Andrea Costafreda, de la organización Oxfam Intermón, y Pablo Nemiña, experto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Argentina.
Durante su intervención, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL afirmó que el mundo se enfrenta a un mal público global, similar en magnitud al cambio climático, que exige proteger la salud. Por ello, dijo, es necesario hacer un llamado a una multilateralidad distinta, que atienda la magnitud de la crisis que estamos viviendo.
Alicia Bárcena instó a una reformulación radical de las relaciones Norte-Sur y a transitar a un nuevo multilateralismo, más democrático, que realmente responda a esta crisis y al escenario post pandemia del COVID-19.
“La multilateralidad existente es insuficiente porque plantea las soluciones de siempre, ofrece respuestas bilaterales y no una solución verdaderamente colectiva. Mi llamado es, tal como dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, a que haya una paralización de la deuda para todos los países, especialmente los de renta media, porque la mayoría no tiene las espaldas para hacerle frente”, expresó.
La máxima representante de la CEPAL agregó que, para construir un futuro civilizatorio, los países deben asegurar que la gente tenga un ingreso básico ciudadano universal que, si fuera equivalente a una línea de la pobreza extrema, no costaría más del 2% del PIB. Si se apunta un poco más alto y se piensa en un ingreso equivalente a una línea de pobreza, el costo alcanzaría a 4,7% del PIB, una cifra menor al 6,3% del PIB que representa la evasión fiscal en la región.
“Hay que cambiar el esquema de la fiscalidad del Estado, dirijamos los recursos públicos a apuntalar los ingresos. Lo más importante de abordar en la emergencia es proteger el ingreso, hay que proteger a las y los trabajadores y a los más vulnerables, entre ellas, las mujeres, que representan el 71% de los trabajadores del sector salud”, afirmó.
Alicia Bárcena manifestó además su confianza en la integración regional como la gran opción para enfrentar la crisis a través de la creación de redes de producción, la diversificación de los proveedores en términos de países y empresas, privilegiando ubicaciones más cercanas a los mercados de consumo, y relocalizando procesos productivos y tecnológicos estratégicos en la región.
“Después de la crisis habrá una economía mundial regionalizada con tres polos: Europa, América del Norte y Asia. América Latina y el Caribe no puede seguir dependiendo de Estados Unidos en un momento en que ese país no está en modo cooperación. Somos casi 650 millones de habitantes y podemos asegurarnos entre nosotros para poder hacer frente a las perturbaciones externas que vive la región, viabilizar nuevas industrias, promover redes de producción y de investigación tecnológica entre países y subregiones”, concluyó.