Descripción
Una de las características más sobresalientes del desarrollo de América Latina y el Caribe en el siglo pasado, fue la transición desde patrones de producción, distribución y consumo asociados al mundo rural y agrícola hacia otros vinculados con el desarrollo industrial y los servicios. Esto significó la consolidación del carácter urbano de la región. Las concentraciones urbanas son la base de crecientes aumentos en la productividad del capital y el trabajo; para mayores grados de especialización y de diversificación económico-productiva. Son el lugar donde se generan las mayores economías de escala y de aglomeración, elementos claves en el crecimiento y desarrollo sostenible de los países de la región. A su vez, son el lugar donde se expresan las externalidades negativas del proceso de urbanización: desigualdad, pobreza, y carencias en general. La ciudad sintetiza las formas de crecimiento desigual que se manifiestan en segregación, segmentación y exclusión social. Es importante considerar el aumento en la vulnerabilidad ambiental y las condiciones de riesgo en las ciudades. Esta situación profundiza la desigualdad y la exclusión; los costos de los impactos se distribuyen en forma inequitativa.
Esta publicación busca entonces relevar, en el contexto de la implementación de la Nueva Agenda Urbana en América Latina y el Caribe, un análisis estructuralista para una propuesta urbano-territorial como una opción para un desarrollo urbano territorial, inclusivo y sostenible.