Descripción
Este documento recoge los principales resultados de un examen del progreso de los países hacia el cumplimiento de las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio contenidas en el informe regional interinstitucional de 2010 sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio en América Latina y el Caribe. Los principales análisis, conclusiones y mensajes de política que se incluyen en ese informe son el resultado de un esfuerzo conjunto de los organismos especializados, los programas y los fondos del sistema de las Naciones Unidas con presencia en la región, que fue coordinado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).PRóLOGOSiguiendo las orientaciones del Secretario General y de la Asamblea General de las Naciones Unidas emanadas de la aprobación de la Declaración del Milenio en septiembre de 2000, todos los organismos del sistema de las Naciones Unidas presentes en América Latina y el Caribe han otorgado la mayor importancia a la necesidad de contribuir, desde sus respectivas perspectivas y mandatos, al avance de los países de la región hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015.Teniendo presente este objetivo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y los organismos especializados, fondos y programas de las Naciones Unidas se plantearon, en el marco de su Mecanismo de coordinación regional, la elaboración de diversas propuestas e informes que presentan una visión conjunta de los problemas que enfrentan los países para avanzar en la agenda del desarrollo, así como orientaciones de política y propuestas concretas para superarlos, tomando en cuenta las especificidades de los distintos países de la región.La primera fase de este trabajo conjunto culminó con la elaboración de un primer informe regional titulado Objetivos de Desarrollo del Milenio: una mirada desde América Latina y el Caribe, que fue dado a conocer en 2005 en el marco del sexagésimo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrado en septiembre de ese año. A partir de entonces, y respondiendo a la valoración que se otorgó al documento por parte de las autoridades nacionales y de los organismos que lo adoptaron como marco conceptual para sus intervenciones operativas en el contexto del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo a nivel regional, el sistema de las Naciones Unidas en la región continuó impulsando las actividades de seguimiento de los ODM.Con ese propósito, y a fin de examinar más en detalle los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente en la Declaración del Milenio, se inició la preparación de informes específicos relativos a cada uno de ellos. De esta manera, desde 2006 se han preparado cuatro documentos que abordan los Objetivos y metas relacionados con la equidad de género, el derecho a la salud, la sostenibilidad ambiental del desarrollo y la necesidad de generar empleo productivo y decente.En el presente informe regional interinstitucional, cuya elaboración se inició en agosto de 2009, se realiza una segunda evaluación comprehensiva del progreso de América Latina y el Caribe hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La coordinación estuvo a cargo de la CEPAL y, al igual que en el informe de 2005, para su elaboración se contó con la estrecha colaboración de 17 organismos: Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Organización Internacional del Trabajo (OIT), Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), Organización Mundial del Turismo (OMT), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Programa Mundial de Alimentos (PMA), Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH).El trabajo conjunto y el intercambio mantenido a lo largo de todo el período de elaboración del documento permitió incorporar los aportes sustantivos de los organismos desde sus respectivos ámbitos de especialización y en cada uno de los capítulos, lo que contribuyó a hacer más evidentes las sinergias entre los distintos Objetivos de Desarrollo del Milenio. De esta manera, fue también posible incluir la información más reciente sobre los distintos indicadores del Milenio y establecer las bases de datos para evaluar el progreso y los rezagos de la región en relación con cada una de las metas.La preparación de este segundo informe coincidió con la elaboración por parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe del documento La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir, presentado en su trigésimo tercer período de sesiones, celebrado en Brasilia, del 30 de mayo al 1 de junio de 2010. En ese documento se sostiene la idea central de que la igualdad social y un dinamismo económico que transforme la estructura productiva no están reñidos entre sí y que el gran desafío para los países de la región es encontrar las sinergias entre ambas dimensiones fundamentales del desarrollo. Esta afirmación responde al convencimiento de que "la ecuación entre mercado, Estado y sociedad que ha prevalecido desde hace tres décadas se ha mostrado incapaz de responder a los desafíos globales de hoy y de mañana" (CEPAL, 2010b). De igual manera, en el primer informe regional sobre desarrollo humano para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), titulado Actuar sobre el futuro: romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad, se sostiene que no basta con atacar la pobreza sino que es también preciso superar la desigualdad. En ambos informes se argumenta que la reducción de la desigualdad debe ser la prioridad de la región, a través de políticas que incidan sobre los mecanismos que la hacen persistente en el tiempo, incluyendo estrategias de redistribución, mejoramiento de la calidad y eficacia de la representación política, búsqueda de consensos, reformas fiscales y políticas para acabar con la desesperanza de quienes integran los grupos más desfavorecidos de la sociedad.Precisamente, el consenso en torno a esta visión del desarrollo hacía necesario otorgar una importancia decisiva en el presente documento al tema de la igualdad en sus diferentes dimensiones: la igualdad de derechos como marco normativo para la igualdad de oportunidades, la reducción de brechas para el logro de igualdad efectiva y la consideración del bienestar de generaciones futuras mediante un desarrollo sostenible. Esto último se refiere a la dimensión de la igualdad intergeneracional que exige cambios estructurales en los patrones de producción y consumo y en las políticas públicas.Con respecto a la primera dimensión, en el documento se hace un esfuerzo por incorporar explícitamente la perspectiva de derechos. A ello contribuyeron decisivamente los aportes de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH). Este enfoque de derechos, como se señala en el capítulo I, obliga a considerar desde el punto de vista de la igualdad la necesidad de garantizar a toda la población pisos mínimos en relación con cada una de las dimensiones del bienestar contempladas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.Por otra parte, considerando que América Latina sigue siendo la región con la mayor desigualdad de ingresos del mundo, en el presente informe se señala la necesidad de avanzar hacia el cierre de las brechas resultantes de las desigualdades efectivas que existen en varias dimensiones en todos los países de la región y que se expresan en la exclusión de los pueblos indígenas, las segregaciones territoriales, la desigualdad entre los sexos y las desigualdades socioeconómicas en general, que no son solo una consecuencia sino también el principal mecanismo a través del cual estas se reproducen entre una generación y otra.En el documento se analizan también las características del período, durante el cual se consiguió acelerar el progreso hacia el cumplimiento de las metas en la región. Este período cubre el sexenio 2003-2008 en el que América Latina logró un crecimiento económico elevado, una disminución moderada de la gran desigualdad en la distribución del ingreso y un aumento sostenido del gasto público social facilitado en la mayoría de los países por la mayor disponibilidad de recursos fiscales provenientes de los ingresos tributarios. Esto fue posible gracias a políticas macroeconómicas que, además de reducir los déficits fiscales, permitieron llevar a cabo programas sociales que contribuyeron, en mayor o menor medida, a acelerar el progreso hacia las metas del Milenio.Este período de bonanza se vio interrumpido por la crisis global que estableció un escenario más complejo para seguir avanzando hacia las metas al mismo ritmo registrado en el ciclo previo a su irrupción. La rapidez del cambio de las condiciones externas desde 2008 y la distinta magnitud de sus efectos negativos en los países hace difícil prever escenarios para el mediano plazo, y torna inadecuado proyectar a 2015 las tendencias previas a la crisis. La región enfrentará en el próximo quinquenio circunstancias que tenderán a dificultar el progreso hacia las metas debido a la menor liquidez internacional, el menor flujo de asistencia oficial para el desarrollo y la contracción de la demanda externa debido a los problemas que enfrentan los países desarrollados. La tarea de vislumbrar las posibilidades de que se alcancen las metas acordadas en 2000 y se pueda dar cumplimiento a los derechos contemplados en el compromiso mundial para el desarrollo representado en la Declaración del Milenio se ha hecho pues más compleja.Por lo anterior, y dado que la información que se encontraba disponible al momento de elaborar este informe no incluye parte importante de los efectos de la crisis, especialmente los indicadores de pobreza extrema y hambre, es necesario examinar con cautela los progresos alcanzados hasta 2008. El mencionado escenario de mayor incertidumbre refuerza la necesidad de plantear una agenda para el desarrollo que, además de dar prioridad al tema de la igualdad, considere las condiciones para la inserción de la región en el comercio internacional basada en un desarrollo ambientalmente sostenible, para lo cual es todavía más necesario fortalecer la integración entre los países y avanzar decididamente hacia una cooperación Sur-Sur más efectiva.Los Objetivos y metas del Milenio constituyen uno de los pilares para el desarrollo de la región. Hacer el seguimiento de su evolución y sus avances y proponer alternativas de políticas públicas para enfrentar las dificultades inherentes a este reto, es una tarea que las Naciones Unidas realiza con especial interés. Por ello, el informe de 2010 se presenta con enorme orgullo, con la convicción de que será un gran aporte para los países de la región.Alicia BárcenaSecretaria Ejecutivade la Comisión Económicapara América Latina y el Caribe (CEPAL)Coordinadora del Mecanismo de coordinación regionalHeraldo MuñozAdministrador Auxiliar y Director Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)Coordinador del Grupo Regional de lasNaciones Unidas para el DesarrolloVea también: Presentación de Antonio Prado, Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL (Nueva York, 1 de julio de 2010) Sitio web Objetivos de Desarrollo del Milenio en América Latina y el Caribe