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En evento del 50⁰ aniversario de la CAF, CEPAL destaca rol de banca de desarrollo regional para apoyar a los países frente a crisis del COVID-19

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11 de junio de 2020|Comunicado de prensa

Secretaria Ejecutiva de la Comisión de la ONU, Alicia Bárcena, expuso junto a Luis Carranza, Joseph Stiglitz, Ángel Gurría y Enrique Iglesias en el marco de la conmemoración de la CAF.

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Conferencia 50 aniversario CAF
Foto: YouTube CAF

Para hacer frente a los efectos de la pandemia del COVID-19 se requiere la cooperación internacional y la asistencia financiera multilateral. Sin embargo, la liquidez disponible es insuficiente para responder a las necesidades de financiamiento a nivel global. Por ello, los bancos de desarrollo subregionales en América Latina deben tomar medidas más audaces, ya que juegan un rol fundamental en esta tarea, indicó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, en un evento de alto nivel organizado por CAF Banco de Desarrollo de América Latina en el marco de su 50⁰ aniversario.

El evento “Claves para repensar el presente y futuro de América Latina” contó con la participación de Luis Carranza, Presidente Ejecutivo de CAF; Joseph E. Stiglitz, Profesor de la Universidad de Columbia y ganador del Premio Nobel de Economía 2001; Ángel Gurría, Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); y Enrique Iglesias, ex Secretario General Iberoamericano (SEGIB), ex Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y ex Secretario Ejecutivo de la CEPAL (1972-1985).

En su presentación, la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señaló que América Latina y el Caribe está siendo duramente golpeada por el COVID-19. Indicó que mientras los países del este de Asia y Europa están gradualmente planificando la reapertura de sus economías, en la región nos preguntamos si lo peor de la pandemia está por venir.

Recordó que el COVID-19 está dando lugar a la peor recesión del último siglo, con al menos una contracción del -5,3% en el PIB y los principales impactos sociales prevén un aumento de la pobreza de 29 millones de personas (16 millones de pobreza extrema) y un crecimiento del desempleo de al menos 12 millones de trabajadores.

“No queremos otra década perdida. Esta crisis nos puede llevar a un retroceso de 13 años en la región. Estamos enfrentando una mercantilización de los servicios, una fragmentación total de los servicios de salud. Estamos ante el peak de la pandemia. Nos ha mostrado una situación de grandes desafíos estructurales y nos preocupa que la región puede salir de esta crisis más pobre, con más desempleo y más enojada”, declaró Bárcena.

En particular, Alicia Bárcena enfatizó que la comunidad internacional no ha comprendido adecuadamente la situación de los países de ingreso medio, dentro de los cuales de encuentran la mayoría de las naciones de América Latina y el Caribe. “Éstos han reorientado sus presupuestos para enfentar la crisis, pero eso no va ser suficiente porque no todos tienen las espaldas financieras. Por eso el papel de la banca de desarrollo es fundamental”, insistió.

El COVID-19 ha profundizado el debilitamiento de la cooperación internacional y del multilateralismo que se observa hace ya algunos años. En ese escenario, la integración regional está llamada a desempeñar un rol clave en las estrategias de salida de la crisis para América Latina y el Caribe, profundizó Bárcena. Un mercado más integrado de 650 millones de habitantes constituiría un importante seguro frente a perturbaciones de oferta o de demanda generadas fuera de la región, como ha sido el COVID-19, indicó.

Agregó que esta crisis nos golpea en una estructura productiva y empresarial con muchas debilidades, con una heterogeneidad estructural que ha sido terrible para la región. Como ejemplo, señaló que aproximadamente 2,6 millones de empresas formales cerrarían en América Latina y el Caribe, región que tiene un 54% de informalidad laboral.

En materia de financiamiento, Bárcena explicó que muchos de nuestros países no tienen los recursos para la reactivación post-pandémica, el espacio fiscal está limitado por una baja carga impositiva (18% del PIB) y una alta evasión fiscal (alrededor del 6,3% del PIB) y los niveles de deuda limitan el acceso a fuentes de financiamiento.

En este contexto el sistema multilateral, y en particular el sistema multilateral financiero, juegan un papel fundamental. Se deben tomar medidas más audaces a través de las instituciones financieras internacionales, dijo. “La banca de desarrollo otorga recursos de manera contracíclica, atiende segmentos de la población que no son cubiertos por el sector financiero privado y puede ayudar a implementar estrategias de mediano plazo. Estas son características que hay que potenciar”, declaró la alta funcionaria de las Naciones Unidas.

Es necesario poner en marcha modalidades para el alivio y en algunos casos la condonación de deuda de los países de ingreso medio también, dado estos que constituyen en su mayoría los países de América Latina y el Caribe, agregó.

“Para enfrentar la crisis, nosotros en la CEPAL proponemos cinco acciones concretas. Lo primero es poner en marcha un ingreso básico de emergencia por seis meses para cubrir los ingresos de los hogares más pobres. Debería ser equivalente a una línea de pobreza (aproximadamente 140 dólares al mes), lo que costaría un 2,1 % del PIB regional. No es tanto, es posible hacerlo. Junto con ello, proponemos una subvención temporal a las micro, pequeñas y medianas empresas. Ahí pensamos que la banca de desarrollo debe abrir una ventanilla especial para la reactivación y la reorientación de las actividades productivas de las empresas”, precisó Bárcena.

“En segundo lugar, debemos desarrollar un sistema de bienestar. Tenemos que apostarle a  la infraestructura de la vida, es decir, a la salud, la nutrición y la educación. Tercero, tenemos que evitar que los impactos económicos de la crisis profundicen desigualdades y la discriminación contra las mujeres y otros grupos de la población. Cuarto, proponemos un gran impulso para la sostenibilidad, que se base en nuevas formas de producir, con una transición energética urgente, invertir en infraestructura digital, estrategias de seguridad alimentaria, y propiciar la movilidad urbana más rentable y sostenible. Y en quinto lugar, tenemos que volver a plantear la integración regional como algo fundamental, porque la geografía económica del futuro va a ser distinta, las grandes empresas están buscando resiliencia y no eficiencia. Entonces, aquí la integración juega un papel clave”, recalcó.

Alicia Bárcena destacó además que el Estado ha tomado un papel protagónico en esta crisis y eso ha sido muy importante. “Pero no queremos un Estado autoritario, sino uno social. Hay que propiciar un pacto social, político, intergeneracional. Necesitamos un sistema de gobernanza y transparencia”, enfatizó.

Finalmente, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL hizo un llamado a la CAF y a la banca de desarrollo en general para que tome medidas más audaces en apoyo a los países de renta media que tanto lo necesitan, para tener facilidades a bajo costo, menores intereses. “Tenemos que propiciar un futuro que sea menos desigual. Somos la región más desigual del mundo y se siguen profundizando las desigualdades. Yo pongo a la CEPAL a disposición de la CAF y de todos ustedes para trabajar juntos hacia un futuro mejor”, declaró.