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Las economías de América Latina y el Caribe tendrán un retroceso de -0,4% en promedio en 2015 y crecerán solo 0,2% el próximo año, impactadas por un complejo escenario externo, según nuevas proyecciones entregadas hoy por la CEPAL.
El organismo regional de las Naciones Unidas dio a conocer en Santiago de Chile su informe anual Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2015, en el cual actualizó las estimaciones entregadas en octubre pasado y volvió a hacer un llamado para dinamizar el crecimiento económico mediante una mayor inversión y un aumento de la productividad de los países de la región.
“Es necesario retomar el crecimiento y revertir el ciclo contractivo de la inversión en un contexto de lenta recuperación mundial y caída en el comercio”, declaró Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante la conferencia de prensa en la que se presentó el documento.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas destacó que los acuerdos logrados en la reciente Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 21) realizada en París permitirán incentivar la innovación e inversión en nuevas fuentes para la producción de energía renovable, lo que para la región trae un potencial enorme.
“En el contexto actual adquieren mayor relevancia las políticas fiscales activas, promoviendo ajustes inteligentes: mirar tanto el nivel de gasto público como su composición para evitar ajustes excesivos en la inversión pública y el gasto social; revisar la estructura de subsidios a los combustibles y los incentivos tributarios, buscando potenciar instrumentos de promoción de inversiones y financiamiento gasto social; y reducir la evasión/elusión, que en promedio equivale 6,3 puntos del producto interno bruto (PIB) regional, es decir, 320 mil millones de dólares”, agregó Bárcena.
Según el informe de la CEPAL, la región deberá enfrentar en 2016 diversos escenarios y riesgos de la economía mundial, que sin duda condicionarán su desempeño económico. En el frente externo, se prevé que el crecimiento global se mantenga lento y llegue a 2,9%, mientras que persiste la incertidumbre sobre China –uno de los principales socios comerciales de la región- país que continuará desacelerando hasta 6,4%.
A la incertidumbre sobre la economía mundial se agrega el bajo crecimiento del comercio global (1,5% en 2015 y 2,5% estimado para 2016). Además, los precios de las materias primas que la región exporta se mantendrán bajos, con lo que América Latina y el Caribe volvería a mostrar en 2016 un deterioro en sus términos de intercambio, especialmente en países exportadores de hidrocarburos y minerales, señala el documento.
En materia financiera, la CEPAL explica que el próximo año persistirán la volatilidad y la incertidumbre observadas en 2015, con lo que algunas economías emergentes seguirán teniendo dificultades para obtener recursos en los mercados internacionales. A esto se suma la persistente apreciación del dólar y el aumento de la tasa de interés en Estados Unidos.
Al igual que en años anteriores, las condiciones externas tienen un efecto muy diferenciado en la región, la que mostrará una marcada heterogeneidad. Mientras América Central crecerá en torno a 4,3% en 2016, América del Sur anotará una contracción de -0,8% en su producto interno bruto (PIB), explicada principalmente por los retrocesos esperados de Brasil (-2,0%) y Venezuela (-7,0%). El Caribe de habla inglesa, en tanto, crecerá 1,6%.
Según las proyecciones de la CEPAL, Panamá liderará el crecimiento regional el próximo año con una expansión de 6,2%, seguido por Dominica y República Dominicana (5,2%), San Kitts y Nevis (4,7%) y Bolivia (4,5%). Se prevé que Nicaragua crezca 4,3%, mientras que Cuba lo hará en 4,2%, Guatemala 4,0%, Perú 3,4%, Costa Rica y Honduras 3,3%, Colombia y Paraguay 3,0%, México 2,6%, Haití 2,5%, El Salvador 2,4%, Chile 2,1%, Uruguay 1,5%, Argentina 0,8% y Ecuador 0,3%.
Finalmente, en su Balance Preliminar 2015 la CEPAL recalca que es indispensable avanzar hacia reglas fiscales que prioricen los gastos de capital. Agrega que el diseño de esquemas anticíclicos eficientes de protección de la inversión es sumamente importante para enfrentar la volatilidad macroeconómica de la región, así como reactivar la demanda agregada y mantener el gasto social.