Nota informativa
En América Latina y el Caribe los retos asociados al objetivo de la erradicación de la pobreza son estructurales, multifacéticos y persistentes, y la región continúa siendo la más desigual del mundo en cuanto a la distribución de ingresos. Por ello, debemos centrarnos en reconstruir mejor con igualdad y sostenibilidad, afirmó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América y el Caribe (CEPAL).
La máxima representante de la Comisión regional participó hoy en una Reunión virtual de alto nivel sobre la erradicación de la pobreza, que fue inaugurada por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres (mensaje en video) y el Presidente de la Asamblea General, Tijjani Muhammad-Bande. El evento marcó la inauguración de la Alianza de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza.
Alicia Bárcena intervino en el panel de discusión “Tendencias, opciones y estrategias de erradicación de la pobreza en el mundo”, que fue inaugurado por la Vicesecretaria General de la ONU, Amina J. Mohammed (mensaje en video). En el panel participaron también Guy Ryder, Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); Qu Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); Mukhisa Kituyi, Secretario General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD); Mourad Wahba, Administrador Asociado del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), y Laura Jaitman, Representante Especial del Grupo del Banco Mundial ante las Naciones Unidas y Jefa de la Oficina del Grupo del Banco Mundial en Nueva York.
Durante su intervención, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL subrayó que América Latina y el Caribe continúa siendo la región más desigual del mundo en lo que respecta a la distribución de los ingresos entre su población, con un índice de Gini promedio de 0,465 en 2018.
Precisó que más de la mitad de sus trabajadores (53,1%) están ocupados en el sector informal y advirtió que la pobreza y la desigualdad tienen rostro de mujer.
“La región también está marcada por desigualdades raciales, étnicas y territoriales y las relacionadas con las diferentes etapas del ciclo de vida, lo que significa que varios grupos de la población siguen quedando rezagados”, advirtió Alicia Bárcena.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas alertó que América Latina y el Caribe es actualmente el foco mundial de la pandemia del COVID-19, con repercusiones dramáticas no sólo en términos de salud, sino también porque representa un gran retroceso en lo que respecta a la erradicación de la pobreza.
Recordó que los países de la región hicieron importantes progresos en la reducción de la pobreza entre 2002 y 2014. Durante ese período, según las cifras publicadas en el Panorama Social de América Latina de la CEPAL, la pobreza se redujo del 45,4% de la población total al 27,8%, es decir, 66 millones de personas salieron de la pobreza. La pobreza extrema, en tanto, se redujo del 12,2% al 7,8%.
Precisó que América Latina y el Caribe corre el riesgo de otra década perdida. Las estimaciones señalan que los efectos de la pandemia generarán la recesión más grande que ha sufrido la región desde 1914 y 1930, con un crecimiento proyectado de -5,3%, un importante deterioro de los indicadores laborales en 2020 que generaría casi 12 millones más de desempleados en la región y un aumento de casi 30 millones de pobres.
Además, la pobreza extrema aumentará en 2,6 puntos porcentuales (15,9 millones de personas más), lo que afectará a un total de 83,4 millones de personas que corren riesgo de caer también en una crisis alimentaria.
Alicia Bárcena, puntualizó que la CEPAL plantea cinco propuestas para enfrentar los impactos socioeconómicos de la crisis producida por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) en la región: un Ingreso Básico de Emergencia, un Bono Contra el Hambre, subsidio a las Pequeñas y Medianas Empresas, digitalización para todos, y acceso a financiamiento para los países de renta media.
En primer lugar, la Comisión propone la entrega de un Ingreso Básico de Emergencia equivalente a una línea de pobreza (costo per cápita de adquirir una canasta básica de alimentos y otras necesidades básicas) durante seis meses a toda la población en situación de pobreza en 2020 (es decir, 215 millones de personas o el 34,7% de la población regional). Esto implicaría un gasto adicional del 2,1% del PIB para abarcar a todas las personas que se encontrarán en situación de pobreza este año.
Para impedir que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria, la CEPAL plantea complementar el Ingreso Básico de Emergencia con la entrega de un Bono Contra el Hambre a toda la población en situación de pobreza extrema por un período de seis meses, equivalente al 70% de la línea de pobreza extrema regional (47 dólares de 2010). Su costo equivaldría al 0,06% del PIB regional, si se entrega únicamente a la población en pobreza extrema mayor de 65 años, o al 0,45% del PIB si se da cobertura a toda la población en pobreza extrema.
La CEPAL sugiere además apoyar a la pequeña y mediana empresa a través de subsidios, y un compromiso para rescatar empresas estratégicas pero que mantengan empleos. También, el acceso universal a la tecnología digital y ampliar la equidad en el acceso financiero a los países de ingresos medios de la región.
En términos más amplios, precisó la alta funcionaria, para superar la crisis y erradicar la pobreza, es necesario un cambio de modelo de desarrollo, entendido como un cambio estructural progresivo, con un gran impulso ambiental. Es necesario integrar las dimensiones económicas, sociales y ambientales del desarrollo sostenible, asegurando que nadie se quede atrás, como señala la Agenda 2030.
“Tenemos que centrarnos en reconstruir mejor, como dijo el Secretario General, para redirigir inversiones y capacidad ociosa, mejorar la producción con más tecnología digital y acceso universal al bienestar. También necesitamos mejores instituciones que puedan combatir la corrupción. Es imperativo un pacto social por la igualdad en nuestra región, con un pacto internacional fiscal y financiero. Reconstruir mejor en América Latina y el Caribe significa reconstruir con igualdad”, concluyó.