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Casi 20 años después de la Cumbre para la Tierra de 1992, el mundo se encuentra una vez más de camino a Río, ciudad que acogerá en junio de 2012 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible. En las dos últimas décadas se han producido muchos cambios, tanto geopolíticos como en el medio ambiente. Centenares de millones de personas de Asia, América Latina y, cada vez más, de África han salido de la pobreza. Sin embargo, al mismo tiempo son cada vez más evidentes los cambios profundos y posiblemente irreversibles que están afectando a la capacidad del planeta de sostener nuestro progreso.
Nuestro rápido crecimiento económico ha acarreado costos que casi nunca figuran en las cuentas nacionales. Estos costos van desde la contaminación atmosférica y del agua hasta la degradación de los recursos pesqueros y forestales, todo lo cual afecta a la prosperidad y el bienestar humano. El tema del Día Mundial del Medio Ambiente para este año: "Los bosques: la naturaleza a su servicio", hace hincapié en el valor multibillonario que estos y otros ecosistemas tienen para la sociedad, y en especial para los pobres.
Si bien es cierto que el mundo ha ido cobrando conciencia de los peligros que entraña el deterioro del medio ambiente -incluidos el cambio climático, la pérdida de diversidad biológica y la desertificación- el ritmo de los progresos desde la Cumbre para la Tierra ha sido demasiado lento. No lograremos un mundo más justo y equitativo si no otorgamos idéntica importancia a los tres pilares del desarrollo sostenible: el social, el económico y el ambiental. Para reducir la pobreza de forma sostenible, garantizar la seguridad alimentaria y nutricional y proporcionar empleo decente a una población cada vez mayor, debemos utilizar de la forma más inteligente posible nuestro capital natural.
La India, país anfitrión del Día Mundial del Medio Ambiente en 2011, figura entre el creciente número de países que tratan de mitigar las presiones del cambio ecológico. También está contribuyendo a introducir una nueva forma de medir el valor económico de los servicios basados en la naturaleza, con la asistencia del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Banco Mundial. La Ley de empleo rural y las medidas que ha adoptado el país para alentar el uso de energías renovables son ejemplos destacables de cómo se puede intensificar el crecimiento ecológico y acelerar la transición hacia una economía respetuosa con el medio ambiente.
El desarrollo no puede convertirse en sostenible en un solo día. Ahora bien, de camino hacia Río + 20, en el Día Mundial del Medio Ambiente de este año podemos dejar claro el mensaje de que las personas con influencia en los gobiernos y el sector privado pueden, y deben, tomar las medidas necesarias para cumplir la promesa de la Cumbre para la Tierra. El público de todo el mundo está pendiente y no espera nada menos de nosotros.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas