Descripción
Resumen
Este momento es particularmente interesante para revisar las cifras de las tendencias demográficas de la región, debido a que se cumplen diez años de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de 1994 en El Cairo (CIPD);, en la cual los países fijaron metas a cumplir para el año 2000. Además, ello coincide con la disponibilidad de resultados de los censos de población recientes, correspondientes a la ronda del año 2000, lo que conlleva a la revisión de las estimaciones demográficas vigentes.
La dinámica demográfica de los países latinoamericanos se caracteriza por profundos cambios ocurridos durante el siglo pasado y que continúan en el nuevo siglo. Aunque existe una diversidad de comportamientos entre los países y al interior de éstos, según áreas geográficas y grupos socioeconómicos, se corrobora que prácticamente toda la población se ha incorporado al proceso de transición demográfica. En términos generales, la transición se inició a partir de los descensos en la mortalidad observados en la primera mitad del siglo XX, y se acentuó en la década de 1960 a través de una pronunciada caída de la fecundidad.
En este trabajo se analiza la tendencia descendente de la fecundidad, los factores determinantes de la misma y las diferencias entre áreas y grupos sociales. Particular atención se da a la fecundidad de las adolescentes que aportan un porcentaje creciente del total de nacimientos. En cuanto a la mortalidad, se presentan los niveles y tendencias de la esperanza de vida al nacer, la diferencia por sexos, la mortalidad en la infancia y el patrón de causas de muerte, con particular atención al VIH/SIDA como causa emergente. La información proporcionada por los censos recientes de población también permite actualizar el análisis de las migraciones internacionales, caracterizada por una emigración creciente, una mayor presencia de mujeres, una mayor diversidad de destinos y montos considerables de remesas de dinero a los países de origen.
Los cambios en la fecundidad y la mortalidad, principalmente, traen como consecuencia una tasa de crecimiento de la población en descenso y una estructura por edades cada vez más envejecida. Se presentan los rasgos más característicos del envejecimiento y los nuevos desafíos que ello implica para la sociedad. Entre ellos, la necesaria reconversión de recursos que estaban destinados para atender la importante demanda materno infantil, y que ahora debe preocuparse de una población creciente de adultos mayores.