Descripción
El propósito de este texto es describir y examinar algunos aspectos de la experiencia colombiana de promoción del desarrollo regional con base en el estudio de tres departamentos colombianos: Santander, Caldas y Risaralda. Este trabajo se inscribe en el marco de las reflexiones planteadas en el documento Economía y Territorio (ILPES, 2009), en el cual se examinan las tendencias de las desigualdades regionales en América Latina y se analizan las políticas de promoción del desarrollo económico local en varios países. En este estudio se realizó una clasificación del desempeño económico de las regiones subnacionales, de la cual se seleccionaron tres departamentos en Colombia para una mirada en mayor profundidad. Se buscó identificar en estos departamentos las tendencias durante las últimas dos décadas, examinar el impulso de actividades económicas innovadoras que estimulan el crecimiento, y determinar si el sector público había jugado un papel explícito en la evolución económica de estos territorios. El documento presenta una contextualización de la evolución económica y social del país, examina el desempeño de los tres departamentos y las políticas de promoción del desarrollo económico territorial. Los tres casos examinados ratifican varios de los aspectos planteados en Economía y Territorio. Se observa un conjunto amplio de iniciativas públicas (de todos los niveles de gobierno) y de organizaciones no gubernamentales y de cooperación internacional. Sin embargo, no se encuentran evidencias de impactos concretos sobre el incremento y mejoramiento de la actividad productiva en forma sostenible, las entidades responsables no cuentan con información apropiada sobre estos puntos y se sugiere que los sectores e industrias con mayor dinamismo no debieron su comportamiento a políticas públicas específicas. Además, los sectores e industrias con mayor crecimiento se concentran en su gran mayoría en actividades primarias y en estructuras productivas sin mayores elementos de innovación y desarrollo tecnológico, al tiempo que es escasa la vinculación al mercado internacional. En conjunto, no se ha cumplido con los propósitos establecidos en los planes de desarrollo y en las políticas formuladas en la materia. Los casos examinados muestran cómo no ha habido suficiente continuidad en las estrategias de fomento productivo en los departamentos y municipios, y existe la impresión entre muchos de los actores locales de una permanente repetición de iniciativas sin impactos, que han generado cansancio y desencanto. Adicionalmente se verifican varios de los planteamientos señalados en "Economía y Territorio" al revisar la experiencia latinoamericana: no existe coordinación entre las propias entidades nacionales, ni entre éstas y las entidades territoriales y otras organizaciones. Se observó también una enorme dispersión en múltiples actividades pequeñas y la ausencia de proyectos de gran magnitud con capacidad de impulsar significativamente la economía regional; buena parte de estas iniciativas tienen más un carácter asistencial, de apoyo a poblaciones pobres y vulnerables para encontrar actividades de subsistencia, que estrategias de articulación a mercados externos y modificación de las estructuras productivas. En su gran mayoría estas iniciativas no tienen metas concretas con lo cual resulta imposible evaluarlas sistemáticamente. Aunque en muchas de las iniciativas se propone la articulación entre el sector público y privado, la participación de inversionistas y empresarios es baja y marginal. Desde la perspectiva de la política pública se observa una situación angustiosa; en buena medida las instituciones estatales, aunque con las deficiencias y problemas señalados, han hecho parte de la tarea mediante la oferta de los bienes y servicios públicos que constituyen factores generales necesarios para la producción; adicionalmente han adelantado programas específicos de estímulo a algunas actividades económicas y colaboran en diversas tareas de promoción comercial. Sin embargo, a diferencia del mejoramiento en las condiciones de vida mediante la oferta de servicios de educación, salud y agua potable, donde las entidades estatales pueden controlar en gran medida los procesos y productos que conducen a unos impactos, en este caso el logro de resultados requiere necesariamente de la actividad del inversionista o empresario. Podría plantearse que los esfuerzos mayores deberían concentrarse en la búsqueda y creación de oportunidades de mayor rentabilidad, enfoque que sustenta muchas de las acciones estatales de apoyo a la búsqueda de mercados internacionales y de estudios de la demanda. Sin embargo, también en este caso la iniciativa principal debe provenir de los inversionistas y empresarios. Al tiempo que existen unas estructuras poco favorables al crecimiento y la innovación, no se cuenta con grupos inversionistas y empresariales con las capacidades y la voluntad suficiente para promover estrategias territoriales de desarrollo. El documento está conformado por cuatro capítulos. En el primero se presenta una contextualización de la evolución económica y social del país como marco para el análisis de los casos. En el segundo se presenta el esquema de distribución de responsabilidades en cuanto a promoción de desarrollo económico local entre niveles de gobierno. En el tercer capítulo se examinan las tendencias de desarrollo económico y social de los tres departamentos estudiados, y en el cuarto capítulo las políticas de promoción de desarrollo económico local adelantadas por estan entidades territoriales; finalmente se exponen unas conclusiones.""