Nota informativa
Los países de América Latina y el Caribe deben explicitar sus estrategias de recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad, centrando sus inversiones en sectores clave como la manufactura farmacéutica y los sistemas de salud primaria, señaló hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el evento virtual Una respuesta integral a la prolongada pandemia de COVID-19 teniendo en cuenta la salud y la economía.
El encuentro, que fue realizado de forma paralela al 59.º Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), contó con intervenciones de Jarbas Barbosa, Subdirector de la OPS/OMS; Christopher Tufton, Ministro de Salud de Jamaica y Presidente del 59.º Consejo Directivo de la OPS; Michael Pearson, Jefe de la Delegación de Canadá en el 59.º Consejo Directivo; y Enrique Paris, Ministro de Salud de Chile. La moderación y clausura estuvieron a cargo de Amalia Del Riego, de Servicios de Salud y Acceso de la OPS/OMS, y James Fitzgerald, Director de Sistemas y Servicios de Salud de la OPS/OMS, respectivamente.
En sus palabras de apertura, Jarbas Barbosa destacó el inicio, en 2020, de una agenda de trabajo entre la OPS/OMS y la CEPAL orientada a fortalecer la cooperación técnica en los países de la región, que incluye la elaboración de diversos documentos conjuntos. El próximo se presentará el 7 de octubre, adelantó.
Durante su presentación, titulada “El impacto social y económico de la crisis prolongada de COVID-19: análisis prospectivo regional”, Bárcena planteó que la pandemia del COVID-19 magnificó las debilidades estructurales de los sistemas de salud de los países de América Latina y el Caribe. La región es la más impactada del mundo en desarrollo, con más de 44 millones de casos confirmados y cerca de 1,5 millones de muertes, recordó.
La alta funcionaria alertó sobre el aumento de las asimetrías globales no solo en materia de acceso a vacunas, sino también en términos de concentración de la riqueza e impactos del cambio climático. América Latina y el Caribe no alcanzará a vacunar al 80% de su población en 2021, aseguró.
El sector de la salud de la región -indicó Bárcena- se caracteriza por su subfinanciamiento crónico, fragmentación y segmentación. Solo Cuba y Uruguay superan el 6% del PIB en gasto público en salud. El promedio regional es de 3,8%, en comparación con el 7% de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El alto gasto de bolsillo también refleja el insuficiente financiamiento público a la salud en América Latina y el Caribe, dijo. En la región, el gasto de bolsillo representa el 33,6% del gasto total en salud. En los países de la OCDE no supera el 21%.
“La paradoja de la recuperación económica en América Latina y el Caribe implica que habrá crecimiento (5,9% en 2021 y 2,9% en 2022), pero este es insuficiente para una recuperación sostenible y transformadora”, enfatizó. Los jóvenes y las mujeres han sido los más afectados por la crisis, planteó.
En este marco, la CEPAL propone ocho sectores estratégicos que promueven el cambio técnico, generan empleos y reducen la restricción externa y la huella ambiental, entre ellos, la inversión en servicios básicos y en salud primaria y en la industria manufacturera de la salud, con mirada regional, apuntó.
La alta representante destacó la reciente aprobación por parte de los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de los Lineamientos y propuestas para un plan de autosuficiencia sanitaria para América Latina y el Caribe, una ruta programática elaborada por la CEPAL a solicitud de la presidencia pro témpore del bloque regional para fortalecer la producción y distribución de medicamentos, en especial vacunas, entre otros objetivos.
El plan, explicó Bárcena, incluye siete líneas de acción: mecanismos de convergencia y reconocimiento regulatorio; plataforma regional de ensayos clínicos; mecanismo inmediato de compra de vacunas a nivel regional; consorcios para desarrollo y producción de vacunas; flexibilidades normativas para acceder a propiedad intelectual; desarrollo de un mercado regional estable de medicamentos a partir de compras públicas, fortaleciendo mecanismos regionales y subregionales; y sistemas universales de acceso a la salud primaria.
En el corto plazo, para enfrentar la crisis, los países deben mantener las transferencias de emergencia a la población más vulnerable y apoyar a las pequeñas y medianas empresas. En el mediano plazo, urge un nuevo contrato social y fiscal que estimule la inversión, el empleo, la igualdad y la acción climática, sostuvo.
“Tenemos que transitar hacia estados de bienestar. Necesitamos reestructurar los servicios de salud y educación y avanzar hacia una sociedad del cuidado. No podemos renunciar a la integración regional y debemos, asimismo, superar el déficit de solidaridad internacional”, concluyó la máxima representante de la CEPAL.