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La banca de desarrollo en la región ha realizado esfuerzos por facilitar la internacionalización de las pymes dado que la mayoría de sus programas de financiamiento incluyen a estas empresas entre sus destinatarios (92 %), establecen plazos flexibles (36 %) y les exigen garantías o avales ajustándose a sus posibilidades, según destaca un informe publicado recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Las cifras del estudio El financiamiento del comercio internacional y el rol de la banca de desarrollo en América Latina y el Caribe proceden de una nueva base de datos, compilada en 2013 por la División de Financiamiento para el Desarrollo de la CEPAL, acerca de 111 programas destinados exclusivamente a financiar el comercio exterior que son provistos por 23 instituciones financieras para el desarrollo (IFD), también llamados bancos de desarrollo, de 14 países de América Latina y el Caribe.
El informe parte del diagnóstico de que el financiamiento al comercio internacional por parte de los intermediarios financieros (principalmente bancos, tanto comerciales como de otro tipo) sustenta actualmente alrededor de un tercio del comercio global de mercancías, pero advierte de que estos mecanismos no benefician a las pequeñas y medianas empresas (pymes) en la misma medida que a las compañías de mayor tamaño.
Por su parte, la banca de desarrollo en América Latina, que es de carácter público o mayoritariamente público, tiene un papel menor en la provisión de financiamiento al comercio exterior, pero puede convertirse en un actor relevante a la hora de aumentar el acceso a ese financiamiento y apoyar la internacionalización de las pymes, cuya participación en las exportaciones totales de la región no supera 4 % en promedio.
Respecto al tipo de financiamiento que proveen actualmente esas IFD, el estudio destaca que la banca de desarrollo nacional muestra un esfuerzo por apoyar a las pequeñas empresas al otorgar mayor flexibilidad en los plazos de sus programas, ya que 36 % del total de la muestra analizada no tiene un término definido a priori sino que se ajusta a las necesidades de los destinatarios.
Además, la mayoría de los programas (74 %) no presenta restricciones de acceso según la escala de las empresas, mientras que 18 % tiene como destinatarios exclusivos a las de pequeño tamaño, lo que evidencia un esfuerzo de apoyo por parte de las IFD hacia estas compañías. Solo una minoría de los programas (8 %) están orientados a medianas y grandes empresas.
Por otra parte, el informe subraya que el fomento al comercio intrarregional no constituye una de las prioridades de las IFD, ya que casi todos los programas son de carácter general y por lo tanto financian cualquier tipo de comercio exterior. En 2013, el comercio intrarregional supuso solo 19,2 % del total en América Latina y el Caribe, lejos de 59,1 % que registró la Unión Europea.
El documento señala que en la mayoría de programas analizados (79 %), la propia institución entrega directamente los recursos para financiar las operaciones de comercio exterior -modalidad llamada de primer piso-, mientras que en 21 % de los casos restantes licitan fondos para que estos sean administrados por instituciones financieras intermedias que se encargan de otorgar el financiamiento -modalidad de segundo piso-.
Según el informe, esto es consistente con los mecanismos de los bancos nacionales de desarrollo de la región, 63 % de los cuales actúan como bancos de primer piso, lo que tiende fortalecer sus funciones como complemento de la banca comercial.
Entre las instituciones con mayor número de programas dedicados exclusivamente al comercio exterior se encuentran el Banco de la Nación Argentina (17), el Banco do Brasil (14) y el Banco Nacional de Comercio Exterior de México, Bancomext (12).