Comunicado de prensa
“Los líderes mundiales reunidos en Dubái en los próximos días se enfrentan a una oportunidad histórica para transformar los modelos de desarrollo hacia unos más productivos, inclusivos y sostenibles”, subrayó hoy José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante su primera actividad oficial en el marco de la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se realiza hasta el martes 12 de diciembre en la ciudad de Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
El máximo representante del organismo regional de las Naciones Unidas participó en el evento paralelo Protagonismo de los parlamentarios latinoamericanos y caribeños en la construcción de un modelo de desarrollo verde e inclusivo, organizado por el Observatorio Parlamentario de Cambio Climático y Transición Justa (OPCC) en cooperación con el Gobierno de Brasil.
En el evento, inaugurado por el Senador Jaques Wagner, líder del Gobierno en el Senado Federal de Brasil y Cofundador del OPCC, intervinieron Natalio D. Wheatley, Primer Ministro de las Islas Vírgenes Británicas; Nilto Tatto, Miembro de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de Brasil; Célia Xakriabá, Presidenta de la Comisión de Amazonia y Pueblos Originarios y de la Cámara de Diputados de Brasil, y Juan Carlos Losada, Miembro de la Comisión Ad Hoc de Agua y Biodiversidad de la Cámara del Congreso de la República de Colombia.
Durante su intervención, José Manuel Salazar-Xirinachs recordó que América Latina y el Caribe contribuye relativamente poco al cambio climático: es responsable de menos del 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, es extremadamente vulnerable al calentamiento global.
Explicó que esto ocurre por dos razones. Por un lado, la región está situada geográficamente en una zona expuesta a los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático, y por otro, los países disponen de menos recursos para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
Ejemplo de esto es que sus activos naturales, como los bosques y la biodiversidad, son muy sensibles al cambio climático. “Estos impactos no son lineales pero sí heterogéneos entre subregiones y períodos”, advirtió el Secretario Ejecutivo.
“Las investigaciones de la CEPAL muestran que la inacción frente al cambio climático agravará las brechas de desarrollo, ya que puede hacer más pobres a los países de bajos ingresos y fortalecer aún más la trampa de ingreso medio. Como dijo el gran economista latinoamericano Raúl Prebisch, con relación a la crisis ambiental: ‘no estamos ante nuevos problemas, sino ante viejos problemas que se han agravado’. Nos encontramos, por tanto, en un momento clave en el que América Latina y el Caribe y el mundo requieren urgentemente un cambio de modelo de desarrollo para construir un futuro más productivo, inclusivo y sostenible”, destacó.
El alto funcionario de las Naciones Unidas recordó que en los últimos años la CEPAL ha articulado una propuesta denominada Gran Impulso para la Sostenibilidad, que busca apoyar a los países de la región en la construcción de modelos de desarrollo más sostenibles. Añadió que se trata de un enfoque basado en la coordinación de políticas para movilizar, acelerar y coordinar inversiones en áreas estratégicas para la sostenibilidad.
Precisó que, junto a las inversiones verdes relacionadas con la electromovilidad, la transición energética, la economía circular y la bioeconomía, entre otras, la evidencia con la que cuenta la CEPAL muestra que las políticas de desarrollo productivo son claves, porque fortalecen el vínculo entre la agenda de descarbonización y la agenda de desarrollo.
“Según nuestras estimaciones, en América Latina y el Caribe las políticas para impulsar inversiones estratégicas transformadoras, en línea con el Gran Impulso para la Sostenibilidad, pueden incrementar el PIB en un 5,2% para 2030. Esto estaría liderado por un impulso de la inversión del 8,5%, una aceleración de la creación de empleo del 3,4%, salarios medios un 8% más altos e importantes ganancias de productividad laboral, todo ello acompañado de la reducción simultánea de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 35%, lo que representa más que las actuales reducciones previstas en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de la región, en relación al escenario base sin la aplicación de estas políticas”, detalló.
“Estas cifras y resultados revelan que América Latina y el Caribe puede ser un actor importante en la descarbonización, si se pone en marcha la combinación adecuada de políticas e inversiones. En particular, la ciencia, la innovación y la tecnología; las capacidades productivas e industriales, entre otras, son vitales”, destacó José Manuel Salazar-Xirinachs.
Afirmó que la amplia gama de desafíos que enfrenta la región ha llevado a la CEPAL a enfatizar la importancia de construir pactos para un futuro productivo, inclusivo y sostenible. En ese contexto, es más relevante que nunca tener una visión clara sobre la transparencia, la justicia ambiental y el acceso a la información, tal y como se recoge en el Principio 10 de la Declaración de Río y en el Acuerdo de Escazú, destacó.
“El Acuerdo de Escazú, que entró en vigor en 2021, no solo es el primer tratado ambiental en América Latina y el Caribe, sino que también es el primer tratado internacional que incluye disposiciones para la promoción y protección de los derechos humanos de los defensores del medioambiente”, subrayó.
Finalmente, destacó al OPCC como plataforma de diálogo y cooperación interparlamentaria frente a temas y desafíos que no conocen fronteras. Asimismo, valoró la firma de una Declaración Conjunta, que será suscrita en el marco de la COP28, y que expresará la voz común de los legisladores, destacando sus visiones y compromisos para construir un nuevo modelo de desarrollo verde, sostenible, inclusivo y justo.