Nota informativa
“No es posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción. Son dos caras de la misma moneda”, planteó este jueves 1 de junio de 2023 José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la inauguración del Taller CEPAL-ifo-PILLARS: Efectos en el mercado laboral de la automatización y la adopción de tecnología en la economía mundial que se celebra de forma híbrida (presencial y virtual) en Santiago de Chile.
“Para crear empleos decentes es indispensable enfocarnos en una transición productiva hacia mayores niveles de inversión y productividad, para lo cual la inversión en educación y formación profesional también es crucial. Debemos trabajar tanto por el lado de la demanda de los empleos de calidad como por el lado de la oferta”, explicó el máximo representante del organismo regional de las Naciones Unidas.
El encuentro de dos días, en el que participan renombrados especialistas a nivel mundial, es organizado por la CEPAL y el Instituto para la Investigación Económica de la Universidad de Múnich (ifo), con financiamiento del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.
Durante su intervención, José Manuel Salazar-Xirinachs llamó la atención sobre el problema endémico de bajo crecimiento económico y baja productividad que caracteriza a la región de América Latina y el Caribe.
“Se requieren medidas excepcionales, acuerdos y hacer las cosas de manera diferente. No se trata de un tema coyuntural, de corto plazo”, alertó el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, quien subrayó que con tasas de crecimiento mediocres los países no podrán crear empleos de calidad ni reducir la pobreza y la informalidad, así como tampoco financiar los gastos sociales necesarios para cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y las aspiraciones de crecimiento inclusivo y sostenible.
“En la CEPAL hemos advertido que en la región la baja productividad es una enfermedad endémica sobre la cual es prioritario trabajar a partir de la implementación de políticas de desarrollo productivo ambiciosas e inteligentes”, recalcó.
Según estimaciones de la CEPAL para 12 países, la informalidad alcanzaba al 50,4% de los trabajadores de la región en 2020 y se prevé que para los años siguientes esta cifra podría aumentar significativamente debido a los impactos de la pandemia de COVID-19. “Esa situación expone a los trabajadores a una grave vulnerabilidad en cuanto a sus ingresos, condiciones de trabajo, acceso a derechos laborales y protección social”, dijo.
Por otra parte, José Manuel Salazar-Xirinachs sostuvo que estamos frente a un complejo panorama de impactos en el mercado laboral por parte de la automatización, la digitalización y las nuevas tecnologías. “Hay tanto riesgos como oportunidades, y es importante identificar y anticipar ambos”, apuntó.
“El impacto de las tecnologías digitales y de automatización en los mercados laborales de la región será mejor en la medida en que los países pongan en marcha políticas claras de desarrollo productivo y de desarrollo de talento humano, para transformar el modelo de crecimiento y desarrollar actividades productivas más sofisticadas y que permitan generar empleos de calidad”, resumió.
Tras sus palabras inaugurales, se dio paso a un panel de alto nivel que contó con intervenciones de Pablo Mieres, Ministro de Trabajo y Seguridad Social de Uruguay; Fabio Bertranou, Director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el Cono Sur de América Latina; y Paulo Bastos, Economista Senior del Grupo de Investigación para el Desarrollo del Banco Mundial.
El Ministro Pablo Mieres reconoció que los cambios en el mundo del trabajo generan impactos sociales profundos y, si no se actúa con eficacia, multiplican la desigualdad social. “La gran respuesta al futuro del trabajo -dijo- es tener una educación de avanzada, con el ojo y el oído puesto en las tendencias del mercado de trabajo. Las nuevas generaciones, para incorporarse exitosamente al mundo adulto, tienen que recibir una educación formal en sintonía con el mundo actual y con las tendencias de la sociedad futura. Ese es el desafío más complejo, porque, en general, la educación formal de cualquier sociedad funciona muy lenta y cambia muy de vez en cuando”.
Fabio Bertranou de la OIT coincidió en que “la discusión sobre el futuro del trabajo tiene que ir de la mano de la discusión sobre el futuro de la producción”, especialmente en una región como la latinoamericana que “tiene desafíos productivos, y en términos de productividad, enormes”. El funcionario se refirió particularmente a la importancia de la gobernanza en el mundo del trabajo para entender estas dinámicas de adopción de tecnologías y automatización en el mundo de la producción. “No es neutral el tipo de gobernanza del trabajo”, dijo y destacó que las instituciones deben ir acompañando a las políticas productivas.
Finalmente, Paulo Bastos del Banco Mundial abordó algunas de las principales tendencias que se están observando en los países desarrollados y en desarrollo en cuanto al impacto en los mercados laborales de la adopción de tecnologías, tanto en la manufactura como en el sector de servicios, así como las interrogantes que surgen por la posible ampliación del uso de la inteligencia artificial y la robótica en los próximos años.
Se han identificado beneficios en términos de productividad, pero también desafíos, por ejemplo, en términos de distribución del ingreso, dijo. Desde su perspectiva, para obtener beneficios productivos es importante permitir al mercado laboral ser lo suficientemente flexible en cuanto a la adopción de tecnologías, pero también se deben implementar políticas que garanticen la seguridad de los trabajadores para minimizar los impactos sobre ellos y sus familias.
En el taller participan especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco Central de Chile, del Instituto para la Investigación Económica de la Universidad de Múnich, de la Universidad de Boston, de la Universidad de Aarhus, del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Brasil), de UNU-MERIT y Maastricht University, de la Universidad Católica de Chile y de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, entre otros.