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“Desenredar las raíces de la desigualdad y mejorar su medición es clave para abordar los desafíos de los países en transición”: Alicia Bárcena

26 de agosto de 2019|Noticias

Durante seminario de la Escuela de Verano 2019, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL reiteró que la igualdad es un instrumento de desarrollo, ya que es el sustento para una buena economía.

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Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante se presentación en el seminario de la Escuela de Verano de la CEPAL
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante se presentación en el seminario de la Escuela de Verano de la CEPAL.
Foto: CEPAL

La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, reafirmó hoy que la igualdad es un instrumento de desarrollo y favorece la eficiencia de las economías, durante una reunión realizada en la sede del organismo en Santiago, Chile.

“Desenredar las raíces de la desigualdad y mejorar su medición es clave para abordar los desafíos de los países en transición”, declaró la alta funcionaria de las Naciones Unidas en el seminario Desafíos del desarrollo en transición. Desigualdades: medición, análisis y políticas, organizado por la CEPAL con el apoyo de la delegación de la Unión Europea en Chile, en el marco de la Escuela de Verano 2019 que se realiza en la Comisión.

El encuentro busca profundizar el debate sobre la medición, análisis y políticas de las desigualdades en América Latina y el Caribe, y en él se presentarán siete artículos seleccionados de un total de 40 ponencias recibidas de investigadores de distintos países que han trabajado este tema. Junto a Alicia Bárcena, en la apertura del evento estuvieron también Susana Agüero, Oficial de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Delegación de la Unión Europea en Chile, y Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL.

En su presentación, Alicia Bárcena recalcó la importancia del concepto de “desarrollo en transición”, que la CEPAL viene desarrollando en conjunto con la Unión Europea y el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ya que surge de la insatisfacción con una medición limitada que clasifica a los países en desarrollo de acuerdo con su PIB per cápita, situación que ha hecho que muchos países sean “graduados” de la tradicional ayuda oficial al desarrollo.

“Pero ‘graduarse’ en términos de ingreso per cápita no significa graduarse en términos del desarrollo. Uno puede graduarse y sin embargo, como nos pasa en el 85% de los países de América Latina y el Caribe, seguir encarando brechas estructurales, altos niveles de desigualdad y atrasos en tecnología y manejo de medio ambiente”, recalcó Bárcena.

Por ello, el desarrollo debe entenderse más como un proceso multidimensional y complejo, que consiste en hacer frente a los problemas estructurales de un determinado país, que cuenta con una historia y cultura propia. “América Latina y el Caribe ofrece en este contexto un escenario perfecto para construir una nueva narrativa para el desarrollo”, señaló.

Alicia Bárcena indicó que la búsqueda de mayor igualdad es un elemento central de las agendas de desarrollo de todas las regiones y, es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, hoja de ruta universal. Reducir las múltiples dimensiones de la desigualdad, está en el centro de la Agenda 2030 y en sus compromisos de “no dejar a nadie atrás”.

“Nuestra propuesta es igualar para crecer y crecer para igualar. Promover una mayor igualdad no solo ayuda a garantizar los derechos sociales y culturales de las personas, sino también es condición necesaria para acelerar el crecimiento de la productividad, internalizar y difundir la revolución digital, transitar hacia la sostenibilidad ambiental y proveer un marco institucional que permita actuar en un mundo en el que se conjugan grandes desequilibrios con enormes posibilidades”, enfatizó Bárcena.

En su presentación, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL explicó que se necesita un nuevo estilo de desarrollo basado en políticas macroprudenciales, para evitar la formación de estructuras financieras frágiles y burbujas de activos y crédito, combatir la evasión y la elusión fiscal, y mejorar el impacto redistributivo de la política fiscal; políticas sociales para fomentar la productividad y la inclusión; y políticas tecnológicas para la sostenibilidad que permitan un “gran impulso ambiental”, es decir, un conjunto coordinado de inversiones en torno a las nuevas tecnologías y el desacople entre crecimiento e impacto ambiental.

“Se requiere un nuevo multilateralismo que fortalezca la cooperación y acción internacional colectiva para la provisión de bienes públicos globales y regionales, como la estabilidad financiera, el pleno empleo y la conservación de la integridad ecológica de recursos comunes. Estamos aún muy alejados de una multilateralidad más inclusiva y eso es muy preocupante. Todo el mundo habla de la COP 25 y de las otras cumbres climáticas, pero al final no podemos ponernos de acuerdo. Y la realidad es que nuestros grandes bienes públicos globales -como las selvas tropicales o el Ártico, por ejemplo- están en proceso de destrucción”, declaró Bárcena.