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Mujeres líderes llaman a actuar ahora por la igualdad de género

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28 de febrero de 2015|Comunicado de prensa

Ban Ki-moon participó en la clausura de evento organizado por el Gobierno de Chile y ONU Mujeres.

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Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas.
Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, firma el llamado a la acción.
Foto: Carlos Vera/CEPAL

Mujeres líderes de todo el mundo, reunidas desde el viernes en Santiago, firmaron hoy un llamado a la acción bajo el rótulo “Unidas para el logro de la igualdad de género ya”, durante la clausura del evento de alto nivel Las mujeres en el poder y en la toma de decisiones: construyendo un mundo diferente, organizado por el Gobierno de Chile en colaboración con ONU Mujeres.

En la ceremonia participaron la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.

Sigue la declaración:

Santiago de Chile, febrero 2015

UNIDAS PARA EL LOGRO DE LA IGUALDAD DE GÉNERO YA

Un llamado a la acción

Como líderes de nuestra comunidad global, declaramos que 2015 es un año crucial para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Este año celebramos el 20 aniversario de la adopción de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing firmada por 189 gobiernos, y se inicia una nueva agenda global para el desarrollo para poner fin a la pobreza, mejorar la calidad de vida de las personas y proteger el planeta que compartimos.

A día de hoy, ningún país ha alcanzado la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida pública y privada y la desigualdad entre mujeres y hombres continua persistentemente.

La revisión de los 20 años de la implementación de la Plataforma de Acción de Beijing ha puesto de relieve que el progreso ha sido lento e irregular. Al ritmo de progreso actual, se necesitarán 81 años para lograr la paridad de género en el lugar de trabajo, más de 75 años para alcanzar igual remuneración entre hombres y mujeres por el mismo trabajo realizado; y más de 30 años para lograr el equilibrio entre mujeres y hombres en los puestos de toma de decisión.

Hay una necesidad urgente de cambiar el curso actual de la historia.

Los compromisos para lograr el equilibrio entre mujeres y hombres en los puestos de liderazgo no han sido cumplidos. Esto ha de cambiar de manera inmediata. No podemos esperar otro siglo para lograr la paridad en los órganos de toma de decisiones que determinan nuestras políticas y deciden sobre la guerra y la paz.

Cuando las mujeres lideran, diferentes problemáticas se incluyen en la agenda. Cuando las mujeres hablan, se escuchan diferentes voces. Cuando muchas mujeres entran en política, la política cambia y se avanza en el buen gobierno. Las mujeres han sido las impulsoras del cambio estructural para garantizar que más mujeres participen en la vida pública; que las instituciones promuevan la igualdad de género; y generen condiciones de trabajo decente y provean bienes y servicios públicos para la conciliación de la vida laboral y familiar.

Es hora de que el mundo escuche.

Desde nuestras responsabilidades de liderazgo, hemos escuchado a mujeres y hombres de todos los ámbitos de la sociedad, procedentes de diferentes culturas, desde las zonas más remotas y las más urbanas, de todos los niveles socioeconómicos, de la sociedad civil, la política, el mundo de los negocios y el académico; que manifiestan, alto y claro, que ya es suficiente, que hemos esperado demasiado tiempo. Reiteramos la importancia vital del liderazgo y la participación activa de las mujeres para el logro de la democracia, el buen gobierno, el desarrollo económico, la sostenibilidad ambiental y la paz. Las mujeres tenemos el derecho a participar en la toma de decisiones y consideramos que nuestra participación conlleva un mundo mejor.

Nuestro llamado a la acción:

En este año crucial, hacemos un llamado a las mujeres y los hombres del mundo a renovar los esfuerzos y las acciones para poner fin a la desigualdad de género.

Las mujeres han de tener un rol central en la toma de decisiones en todos los ámbitos: desde los gobiernos locales a los parlamentos, el poder judicial, los partidos políticos, los sindicatos, a los foros de paz y las instituciones de gobernanza global; desde los hogares a las pequeñas empresas y las grandes multinacionales. Queremos que todos aquellos que tengan responsabilidades en todos los ámbitos de decisión de la sociedad, desde la jefatura de estado y de gobierno, el parlamento, consejos de administración de empresas, sindicatos y partidos políticos, aboguen por la igualdad de género substantiva. Queremos ver más mujeres en el liderazgo económico para garantizar que el crecimiento económico y el funcionamiento de los mercados tengan en cuenta la visión de las mujeres.

Queremos ver más mujeres participando en todos los procesos de toma de decisión relacionados con el cambio climático y en el establecimiento y ejecución de políticas climáticas con enfoque de género. El siglo 21 no puede ser una repetición del pasado. Debe ser el siglo en el que paguemos el más alto tributo a la labor realizada por quienes nos precedieron, como las sufragistas y todos aquellos que lucharon y siguen luchando por los derechos y el empoderamiento de las mujeres a nivel nacional, regional y global, para asegurar que éstos se ejerciten plenamente. A la vista de los nuevos desafíos globales que enfrentamos este siglo, ha llegado el momento de garantizar que las mujeres y hombres conjuntamente tomen las riendas de su futuro y participen plenamente en la construcción de sociedades pacíficas y con capacidad de adaptación al cambio climático.

En concreto, exigimos:

1. Un renovado compromiso político para eliminar los obstáculos aun persistentes y garantizar la implementación plena de las 12 áreas críticas de la Plataforma de Acción de Beijing para 2020.

Para ello se requiere voluntad política que garantice la participación y el liderazgo de las mujeres en todos los ámbitos, con especial énfasis en la participación de las mujeres más discriminadas; adopción de medidas urgentes para promover normas favorables a la igualdad de género, los derechos humanos y la justicia social; la eliminación de las normas y actitudes sociales discriminatorias y la sustitución de las leyes que perpetúan la discriminación contra las mujeres por otras que promuevan la igualdad de género, incluyendo acciones afirmativas; la aplicación de políticas de apoyo a la plena participación de las mujeres en la economía y en el lugar de trabajo; al igual que una representación paritaria en todos los procesos de toma de decisiones internacionales, incluyendo la Agenda de Desarrollo Post-2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible la Financiación para el Desarrollo y los procesos de cambio climático.

2. El empoderamiento de las mujeres, el cumplimiento efectivo de los derechos humanos de mujeres y niñas y el fin de la desigualdad de género para 2030.

Esto requerirá compromisos explícitos por parte de los gobiernos para monitorear y lograr resultados cuantificables; una responsabilidad compartida para la acción; así como reforzar el movimiento para la igualdad de género, que debe incluir a la sociedad civil, las organizaciones internacionales y regionales, el sector privado, los medios de comunicación, la academia, los partidos políticos, la juventud, así como a todos los hombres que apuesten por los derechos de las mujeres.

3. Acabar con la brecha de financiación para la igualdad de género equiparando los compromisos con los medios disponibles para su cumplimiento.

Ello implica aumentar de manera significativa las inversiones para la igualdad de género; una transformación de la economía y sensibilización sobre presupuestos nacionales con enfoque de género; el apoyo financiero a las organizaciones que trabajan en materia de igualdad de género y la promoción del de las mujeres en posiciones de liderazgo; y la rendición de cuentas por parte de los dirigentes sobre sus promesas.

Un liderazgo compartido es fundamental para las generaciones futuras.

Como lideresas, tenemos la responsabilidad de servir de ejemplo a mujeres y hombres jóvenes. Día a día demostramos que las mujeres pueden liderar países, empresas, partidos políticos, tribunales supremos, comunidades, universidades; y que una vida libre de violencia, miedo y discriminación debe ser posible para las mujeres; donde sus decisiones sean respetadas, sus capacidades reconocidas, y donde sus oportunidades, recursos y responsabilidades sean las mismas que las de los hombres. Conocedoras del desafío, queremos ayudar a abrir el camino a otras mujeres, y sabemos que ellas harán lo propio con las siguientes generaciones. Esto requerirá los esfuerzos colectivos de mujeres y hombres líderes de todos los ámbitos.

¡EL MUNDO Y LAS MUJERES NO PUEDEN ESPERAR MÁS!