Nota informativa
(27 de mayo, 2015) Las corrientes de inversión extranjera directa (IED) hacia la subregión del Caribe se redujeron 4,7 % en 2014 sumando 6.027 millones de dólares, señaló hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe anual La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2015 presentado en conferencia de prensa en la sede del organismo en Santiago de Chile.
La disminución de casi 5 % en la IED dirigida a los países caribeños es menor a la caída de 16 % registrada en América Latina y el Caribe en su conjunto, donde estos flujos bajaron de 189.951 millones de dólares en 2013 a 158.803 millones de dólares en 2014. No obstante, desde 2008 los ingresos de IED al Caribe han caído 37 %.
El porcentaje de inversión extranjera directa como proporción del PIB que recibe el Caribe es relativamente alto en comparación con otras regiones del mundo, indica el estudio. En promedio, estos flujos representan 4 % del producto interno bruto (PIB) de la subregión (y más de 10 % en algunas de sus economías), mientras que en el resto de América Latina se ubican bajo el 3%.
Esta dependencia, sumada a la concentración en términos de sectores de destino (turismo y recursos naturales) y países de origen (principalmente Canadá y Estados Unidos), hace a los países del Caribe altamente vulnerables a las variaciones en los flujos de IED, subraya el documento.
El informe de la CEPAL analiza la situación de 16 Estados miembros del Caribe. El turismo es el sector que más IED recibe en países como Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, mientras que en otras dominan los recursos naturales (Guyana, Suriname y Trinidad y Tabago). En Haití y Jamaica la IED llega principalmente al sector de transporte y telecomunicaciones.
República Dominicana es la principal economía y la mayor receptora de IED en la subregión (21% va a recursos naturales, 26% a manufacturas y 23% a turismo). En 2014 recibió 2.209 millones de dólares, 11 % más que en 2013, aunque lejos de los más de 3.000 millones de dólares recibidos en 2012.
Le siguen Trinidad y Tabago, que en 2014 sumó 1.394 millones de dólares (30 % menos que en 2013), Jamaica, que obtuvo 699 millones de dólares (un aumento de 7 %) y Bahamas, con 374 millones de dólares (9 % menos que en 2013).
Barbados saltó de cinco millones de dólares en 2013 a 275 millones de dólares en 2014 y Guyana subió 19 % (de 214 millones de dólares en 2013 a 255 millones de dólares en 2014), mientras que Antigua y Barbuda recibió 167 millones de dólares (66 % más que en 2013), Belice 141 millones de dólares (48 % más), San Vicente y las Granadinas 139 millones de dólares (13 % menos) y Saint Kitts y Nevis, 120 millones de dólares (13 % menos).
Con ingresos inferiores a los 100 millones de dólares en 2014 se ubicaron Haití (99 millones de dólares, 47 % menos que en 2013), Santa Lucía (75 millones de dólares, 21 % menos que en 2013), Granada (40 millones de dólares, 64 % menos que el año anterior), Dominica (36 millones de dólares, lo que equivale a un aumento de 36 %), y Suriname (cuatro millones de dólares, una disminución de 97 %).
Cuba, por su parte, actualizó en 2014 su legislación sobre inversión extranjera con el objetivo de mejorar el atractivo del país en esta área y entregar mayor protección a los inversionistas. Actualmente las mayores inversiones son cofinanciadas por el Estado, aunque se observa con atención, entre otras cosas, los cambios que podría traer el actual acercamiento diplomático con Estados Unidos.
Según el estudio, detrás de los importantes montos de inversión extranjera directa atraídos por el Caribe están las activas políticas de promoción aplicadas por los países de la subregión. Estas políticas van desde acciones para mejorar el clima de negocios hasta el uso de medidas financieras para estimular el ingreso de IED, como exenciones de impuestos a la renta y de tasas aduaneras.
Al analizar la evidencia disponible sobre el impacto de estos incentivos, el organismo recomienda a los países del Caribe revisar su utilidad teniendo en cuenta los altos costos fiscales que estas medidas están representando para las economías y la competencia que protagonizan los países para adjudicarse los distintos proyectos.
Un aspecto a tener en consideración es el hecho de que, en promedio, las salidas de utilidades derivadas de la inversión extranjera directa son equivalentes a más de tres cuartos de las entradas de IED al Caribe, especialmente en países como Barbados, Suriname y Trinidad y Tabago.
Actualmente, en el marco de la Comunidad del Caribe (CARICOM), hay propuestas para armonizar dichos beneficios, lo que podría ser útil para aprovechar al máximo las potencialidades de la IED, entre ellas, el mejoramiento de la competitividad de las economías, subraya el texto.
En este sentido, la CEPAL alienta a los países a avanzar hacia una política coordinada de promoción de la IED, partiendo de la base de que, más que atraer mayores montos, lo importante es el impacto de estos flujos sobre la diversificación productiva y su convergencia con los planes nacionales de desarrollo a largo plazo basados en la igualdad de derechos y la sostenibilidad ambiental.