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América Latina y el Caribe retomará tenue crecimiento en 2017 en medio de incertidumbres sobre la economía mundial

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14 de diciembre de 2016|Comunicado de prensa

Tras dos años seguidos de caídas, la región crecerá 1,3% el próximo año en un complejo escenario internacional, según nuevas proyecciones de la CEPAL.

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Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante la presentación del informe.
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante la presentación del informe.
Foto: Carlos Vera/CEPAL

Tras dos años seguidos de contracción, América Latina y el Caribe tendrá en 2017 un modesto crecimiento de 1,3%, según nuevas proyecciones entregadas hoy por la CEPAL.

El organismo regional de las Naciones Unidas dio a conocer su informe anual Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2016, en el cual llama a dinamizar el impulso de inversión público-privado para retomar el crecimiento de corto y largo plazo y hacer frente a los riesgos y crecientes incertidumbres del escenario internacional.

“Estamos en un punto de inflexión. América Latina y el Caribe volverá a crecer pero de manera moderada y sin motores claros que la impulsen. Su recuperación será frágil mientras se mantengan las incertidumbres del contexto económico, en particular las tendencias proteccionistas recientemente observadas. Por ello retomar la senda del crecimiento regional requiere mucha cautela y revertir la dinámica del proceso de inversión, lo que demanda una importante movilización de recursos financieros”, declaró Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Santiago, Chile, durante la conferencia de prensa en la que se presentó el documento.

Según el informe, la región finalizará 2016 con una contracción promedio de 1,1%. América del Sur será la subregión más afectada, con una caída de -2,4%, mientras que el Caribe se contraerá 1,7% y Centroamérica tendrá un crecimiento positivo de 3,6%.

Agrega que la tasa de desempleo urbano muestra una tendencia alcista y podría terminar 2016 en 9% -muy superior al 7,4% registrado en 2015- debido a la disminución de la tasa de ocupación y al aumento en la tasa de participación laboral. La inflación, en tanto, muestra niveles diferentes entre las subregiones. En América del Sur pasó de 9,2% en septiembre de 2015 a 10,9% en igual mes de 2016, mientras que las economías de Centroamérica y México (como grupo) pasaron de registrar una inflación (acumulada a 12 meses) de 2,5% en septiembre de 2015 a 3,4% en septiembre de 2016.

En relación a las proyecciones de crecimiento para 2017, una mejora en los precios de las materias primas beneficiaría los términos de intercambio de América del Sur, subregión que repuntaría con un alza en su PIB de 0,9%, mientras que el Caribe crecería 1,3%, principalmente por la actividad turística. Centroamérica, en tanto, se expandiría 3,7%.

La mayor demanda externa beneficiaría en general a la región en 2017, sumado a una recuperación del comercio intrarregional debido al mejor desempeño de las economías del sur. Sin embargo, las incertidumbres del contexto internacional tendrán efectos diferenciados en los distintos países y subregiones de América Latina y el Caribe y contribuirán a acentuar las diferencias subregionales en función de la orientación productiva y comercial de las economías, señala el informe.

Por otro lado, si bien se prevé la continuidad de la política monetaria expansiva por parte del Banco Central Europeo y del Banco Central de Japón hasta fines de 2017, la normalización de las tasas de interés en Estados Unidos puede conllevar un reacomodo de los precios de los activos financieros, volatilidad financiera y aumentos en los costos de financiamiento para la región.

Ante esta coyuntura, la CEPAL recomienda a los países seguir fomentando la inversión mediante políticas económicas contracíclicas, con aumentos de productividad además de medidas fiscales activas y ajustes inteligentes. El organismo llama también a reducir la evasión y elusión –que llega al 6,7% del PIB regional-, cautelar el gasto público, revisar la estructura de subsidios (especialmente a los combustibles) e incentivos y reorientar hacia la promoción de inversiones y gasto social esencial. “El desafío del salto ambiental que propone la CEPAL da el marco estratégico para las oportunidades de inversión e innovación”, recalca el documento.