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Alicia Bárcena insta a una respuesta articulada a la crisis, de mayor cooperación entre las instituciones financieras multilaterales, para lograr un crecimiento sostenible e igualitario

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26 de noviembre de 2020|Comunicado de prensa

La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL participó hoy en un seminario organizado por la Comisión regional en conjunto con el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR).

La crisis actual debe ser una oportunidad para alcanzar un amplio consenso social y político para implementar reformas ambiciosas a través de la cooperación multilateral y regional, que permita lograr un crecimiento sostenible e igualitario que se haga cargo de las necesidades heterogéneas de los países de todos los niveles de ingresos, afirmó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó en el seminario La cooperación financiera internacional frente a la crisis económica latinoamericana, organizado por la CEPAL y el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). Junto a Alicia Bárcena, participaron José Darío Uribe, Presidente Ejecutivo del FLAR, y José Antonio Ocampo, Profesor de la Universidad de Columbia, quien realizó una presentación. El evento fue moderado por Carlos Giraldo, Director de Estudios Económicos del FLAR.

Durante su intervención, la máxima representante de la CEPAL recordó que el impacto del COVID-19 ampliará significativamente la brecha de financiamiento de América Latina y el Caribe. Entre el 2019 y 2020 el stock de deuda externa del gobierno general aumentará del 46% al 55,3% del PIB y el servicio de la deuda externa total aumentará del 49,8% al 57% de las exportaciones totales de bienes y servicios, precisó.

En ese sentido, subrayó la necesidad de una respuesta articulada a la crisis, de mayor cooperación entre las instituciones financieras multilaterales, que reconozca la heterogeneidad de América Latina y el Caribe.

“La respuesta de las instituciones financieras multilaterales ha sido fragmentada, deficiente en términos de escala e incapaz de abordar la heterogeneidad y las necesidades específicas de financiamiento de los países de la región. Las instituciones financieras necesitan aumentar significativamente el alcance y magnitud de su financiamiento”, afirmó Alicia Bárcena.

Por ello, abogó por la creación de una red de seguridad financiera donde las instituciones regionales se complementen con las globales. En el caso del FLAR, al igual que otros fondos regionales, este debiera complementar los esfuerzos del FMI en la provisión de financiamiento para el apoyo de la balanza de pagos, por lo que necesita expandir la membresía a idealmente todos los países de la región, destacó.

Precisó que el financiamiento de emergencia y concesional del Fondo Monetario Internacional de 64 mil millones de dólares a veinte economías de la región es insuficiente para cerrar la brecha de financiamiento de América Latina y el Caribe.

“Los Bancos Multilaterales de Desarrollo deben ampliar su cartera de préstamos con mayores niveles de capitalización y flexibilizar los criterios para otorgar préstamos. También podrían aumentar sus préstamos sin comprometer su condición de calificación de acreedor preferente. Además, deberían tratar de utilizar su capital disponible de manera más eficaz”, destacó Alicia Bárcena.

Subrayó además que la forma más eficaz y expedita para aumentar la liquidez es a través de la reasignación y la nueva emisión de Derechos Especiales de Giro.

“Una nueva asignación de 500 mil millones de DEGs representaría 56 mil millones de dólares adicionales para las economías de América Latina y el Caribe (2.5 mil millones de dólares se destinarían al Caribe). Esto representaría un aumento importante en las reservas internacionales de países que lo necesitan con urgencia y ahí el FLAR tiene un papel muy importante”, afirmó.

La alta funcionaria de las Naciones Unidas destacó también la iniciativa del Fondo para Aliviar el Impacto de la Economía COVID-19 (FACE) que canaliza la liquidez de las economías desarrolladas a las economías en desarrollo (medio billón de dólares) a través de la banca multilateral de desarrollo.

Finalmente, subrayó que el mayor acceso a la liquidez es necesario, pero no es suficiente.

“Tenemos que luchar porque la iniciativa DSSI del G20 para reducir la deuda se amplifique, se extienda en el tiempo -eso ya se está logrando-, pero sobre todo en cobertura, también para apoyar a los países de ingreso medio, principalmente los pequeños estados insulares y las economías más pequeñas”, concluyó Alicia Bárcena.

Por su parte, José Darío Uribe, Presidente Ejecutivo del FLAR, afirmó que las medidas de política adoptadas hasta ahora han conseguido mantener la estabilidad financiera, pero los desafíos son enormes.

“América Latina y el Caribe requiere ayuda internacional para una recuperación sostenida. Se necesita una red de seguridad financiera sólida”, expresó.

José Antonio Ocampo, en tanto, señaló que hay una gran diferencia entre la crisis actual y la del 2008-2009, porque en ese momento la ayuda internacional fue mucho mayor.

“Esperamos que el nuevo Gobierno de Estados Unidos esté mucho más abierto a la cooperación internacional”, subrayó el académico.