Nota informativa
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó hace 25 años la celebración de la Semana Internacional de la Ciencia y la Paz.
La ciencia y la tecnología contribuyen de manera fundamental a promover el progreso y la paz en todos los ámbitos: desde el cambio climático a la salud pública, pasando por la seguridad alimentaria, el saneamiento, el desarme y la preparación para casos de desastre.
Sin embargo, con demasiada frecuencia los responsables de la formulación de políticas desconocen las soluciones que la ciencia y la tecnología moderna pueden aportar para hacer frente a los retos de hoy en día. Además, una proporción muy grande del mundo permanece al margen de los avances científicos. Uno de los principales retos consiste en promover la investigación "favorable a los pobres", que solvente las necesidades de las personas más pobres y más vulnerables del mundo, como los pequeños agricultores. Otras grandes prioridades son reducir la brecha digital en cuanto al acceso a la tecnología de la información y ampliar la educación para que los jóvenes estén mejor preparados para trabajar en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Esta labor es indispensable para acelerar nuestros esfuerzos en favor del logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y para perfilar un ambicioso proyecto de futuro para el desarrollo después de 2015.
La ciencia ofrece muchas respuestas a amenazas que nos afectan a todos y muchas innovaciones que nos pueden ayudar a aprovechar oportunidades comunes. La nuestra es la primera generación con los conocimientos y los medios necesarios para acabar con la pobreza extrema. La nuestra es la generación que debe -y puede, gracias a las tecnologías de que ya disponemos- abrir el camino hacia un futuro sostenible. También tenemos la responsabilidad de proteger a toda la humanidad de la aplicación con fines destructivos de los avances y los recursos científicos, principalmente trabajando en pos de un mundo sin armas nucleares y frenando la proliferación de otras armas de destrucción en masa.
Podemos lograr todo esto y más si aunamos esfuerzos para aprovechar a fondo el potencial de la ciencia en aras del bien común y promover la formulación de políticas basadas en información objetiva. Estoy deseoso de colaborar con la comunidad científica y académica y con cuantos asociados puedan contribuir a la misión general de las Naciones Unidas de hacer avanzar la paz, el desarrollo y los derechos humanos. Entretanto, permítanme hacerles llegar mis mejores deseos de que esta Semana Internacional sea memorable.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas