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La migración internacional es un medio idóneo para reducir la pobreza y crear más oportunidades. Por eso hay en la actualidad unos 232 millones de migrantes internacionales que aportan constantes beneficios en los países de destino y de origen gracias a algo esencial, su trabajo y sus remesas. Sin embargo, esta población tan importante sigue careciendo de visibilidad y voz en la sociedad. Son demasiados los que viven y trabajan en las peores condiciones y los que tienen menos acceso a servicios básicos y derechos fundamentales; esto los hace desproporcionadamente vulnerables a la extorsión, la violencia, la discriminación y la marginación.
Casi la mitad de los migrantes son mujeres; una de cada diez es menor de 15 años, y el 40% vive en países en desarrollo. Los migrantes pobres y sin cualificación tienen que superar los mayores obstáculos a la movilidad social. Las Naciones Unidas están tomando medidas para proteger los derechos de los migrantes, reducir los costos sociales y económicos de la migración y promover políticas que maximicen los beneficios de la movilidad. Los migrantes no deberían verse obligados a poner su vida y su dignidad en peligro por aspirar a una vida mejor. A principios de este año entró en vigor el Convenio sobre el Trabajo Decente para las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos; muchos de estos trabajadores son migrantes. Además, en octubre, los Estados Miembros de las Naciones Unidas pidieron que la agenda para el desarrollo después de 2015 tuviera plenamente en cuenta los efectos positivos de la migración internacional. También se comprometieron a establecer un marco en el que dar protección a los migrantes afectados por crisis humanitarias y reconocieron la necesidad de facilitar la cooperación internacional para hacer frente a los problemas de la migración de manera integral y amplia, con pleno respeto de los derechos humanos.
En este Día Internacional del Migrante, insto a los gobiernos a que ratifiquen y apliquen todos los instrumentos internacionales básicos de derechos humanos, incluida la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares. También hago un llamamiento a los pueblos y los gobiernos de todo el mundo para que rechacen la xenofobia y acepten la migración como un elemento clave para lograr un desarrollo económico y social equitativo, inclusivo y sostenible. La migración es una realidad del siglo XXI. Es esencial que mantengamos un debate abierto sobre este tema tan importante. Hagamos que la migración beneficie a los migrantes y los países por igual. Se lo debemos a los millones de migrantes que, con su valentía, su vitalidad y sus sueños, ayudan a que nuestras sociedades sean más prósperas, flexibles y diversas.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas