Durante el pasado año, una oleada de cambios recorrió el mundo entero. Millones y millones de ciudadanos manifestaron su descontento respecto de temas similares: la desigualdad, la corrupción, la represión y la falta de trabajo decente. En el fondo de esa movilización de masas subyace un llamamiento a la justicia social.
El logro de la justicia social para todos está íntimamente vinculado a la consecución de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente y articulados en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague, la Cumbre del Milenio y otras reuniones.
Ante la proximidad de la Conferencia de Río +20 sobre el Desarrollo Sostenible, tenemos la oportunidad de reformular un conjunto de estrategias de desarrollo y prácticas empresariales que nos conduzcan hacia un futuro más sostenible y equitativo.
La sostenibilidad depende de la creación de mercados que sean capaces de distribuir mejor los beneficios del desarrollo. Significa cubrir la creciente demanda de los consumidores de productos y servicios más ecológicos. Y significa también sentar las bases para que todos vivamos con dignidad, estabilidad y oportunidades. En nuestro empeño por lograr esta transformación debemos, al mismo tiempo, integrar la inclusión social en nuestras políticas y en todas nuestras iniciativas.
Trabajemos juntos para equilibrar la economía mundial y construir un nuevo contrato social para el siglo XXI. Preparemos una senda de desarrollo que nos encamine hacia una mayor justicia social y hacia el futuro que queremos.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas