Comunicado de imprensa
(8 de mayo, 2015) La igualdad debe ser el motor del crecimiento económico y el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe, planteó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la décima reunión sobre América Latina del Foro Económico Mundial (WEF, según sus siglas en inglés), que finaliza hoy en Cancún, México.
La máxima representante de la CEPAL fue una de las expositoras en el panel From Poverty to Prosperity (De la pobreza a la prosperidad) realizado el jueves durante el evento que reúne a más de 750 líderes de gobierno, empresas, academia y la sociedad civil de 45 países.
Bárcena compartió la sesión con Joseph E. Stiglitz, Profesor de la Universidad de Columbia y Premio Nobel de Economía, Brian Gallagher, Presidente Ejecutivo de United Way Worldwide, Isabel Cecilia Saint Malo De Alvarado, Vicepresidenta de Panamá, y Alancay Morales, de la organización Forest Peoples Programme, con la moderación de Marcelo Lins, de la cadena brasileña Globo.
Todos coincidieron en la necesidad de “compartir la prosperidad” entre cada uno de los integrantes de la sociedad para garantizar no solo la igualdad de derechos sino también una senda de crecimiento económico sostenible.
La alta funcionaria enfatizó que la desigualdad es el principal problema de la región, el cual debe enfrentarse con pactos sociales basados en una nueva ecuación entre el Estado, el mercado y la sociedad y revisar las reglas de juego entre estos actores en pos de objetivos vinculados al bien común, privilegiando el empleo con derechos y la sostenibilidad ambiental. En América Latina y el Caribe, dijo, el 10 % de la población más rica recibe 40 % de los ingresos, mientras que el 10% más pobre accede a solo 12% de ellos.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL mencionó la necesidad de aumentar la tasa fiscal de 18 % a 20 % en promedio en la región, para elevar los ingresos públicos en alrededor de 60.000 millones de dólares al año, así como incrementar al menos de 20 % a 27% anual los niveles de inversión tanto pública como privada. Es necesario proteger la inversión física y social (educación) en fases recesivas del ciclo económico con arquitecturas contracíclicas, especialmente en aquellos países que tienen espacio fiscal, indicó.
Según Bárcena, se requieren pactos entre trabajadores y empresarios para aumentar las capacidades de los empleados y un pacto para la gobernanza de los recursos naturales que permita transformar este capital en otras formas de capital y de inversión. También urge llevar a cabo un proceso participativo en torno a la nueva agenda de desarrollo para después de 2015, que incluya la lucha contra el cambio climático y la destrucción ambiental. Esto exige mecanismos de acceso a la información, participación y justicia ambiental, a través de instrumentos como el consentimiento previo e informado, dijo.
“Los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (que reemplazarán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio) no solo buscan erradicar la pobreza sino que también pretenden disminuir la desigualdad”, indicó Bárcena durante el panel donde también se abordó la emancipación económica de algunos sectores de la población, como las mujeres y los jóvenes, y la forma de eliminar la discriminación contra los pueblos indígenas.
Finalmente, la funcionaria de las Naciones Unidas invitó a preguntarse ¿qué tipo de sociedad queremos ser en 2030?, llamando a pasar de una cultura del extractivismo a una cultura de la sostenibilidad y vencer la desigualdad funcional que favorece las rentas al capital sobre el trabajo.
Durante todos los días del encuentro, que arrancó el miércoles, Bárcena moderó y participó en diversas sesiones donde se discutieron temas relacionados con el crecimiento inclusivo en América Latina y el Caribe, las prioridades para las reformas gubernamentales y la estabilidad democrática en la región, entre otros.