Descripción
Resumen Paraguay está en una delicada y compleja etapa de transición política, apertura económica y de reforma del Estado. El país está envuelto en un proceso que busca cambiar la larga tradición de autoritarismo y centralización, por un sistema más democrático y descentralizado. La reciente experiencia paraguaya muestra una clara determinación hacia el fortalecimiento Político-institucional orientado a crear condiciones favorables al proceso de descentralización. En una etapa de transición política, la Convención Nacional Constituyente de 1992 fue un paso gigantesco en el proceso de democratización y descentralización del país, consagrando modificaciones fundamentales en la estructura de la República. Los Gobiernos Departamentales aparecieron presupuestariamente por primera vez en la estructura de gasto público en 1994 y con una fuerte dependencia de las transferencias desde el nivel central, mientras en los gobiernos locales, con una mayor trayectoria política, se depende enteramente de ingresos propios. Las transferencias que el gobierno central normalmente realiza hacia el sector público se limitan a la provisión de recursos para algunas de sus entidades descentralizadas. El modesto resultado hasta ahora mostrado en la experiencia paraguaya, en parte es lógico, si se considera la propia incipiencia del proceso, pero también se relaciona con la poca efectividad en la asignación de competencias y funciones en el campo operativo. Al respecto, se puede observar que los servicios públicos básicos y los gastos relacionados a los sectores sociales continúan bajo el manejo del Gobierno Central. Los servicios sociales permanecen con cierta exclusividad bajo los Ministerios y los servicios básicos siguen operando dentro del esquema de Entidades Descentralizadas del Gobierno Central. Prevalece una muy baja asignación de responsabilidades de gasto a nivel de gobiernos subnacionales, así como una limitada capacidad del gobierno central para enfrentar los gastos en servicios públicos. Situación ésta que se deriva tal vez más directamente de las propias condiciones económicas del país que de una limitada voluntad política, pero que puede poner obstáculos al proceso de descentralización. El reciente proceso de descentralización fiscal en el Paraguay tiene superados importantes aspectos estructurales pero todavía se encuentra funcionando en un modesto nivel de actividades y recursos.