La eficiencia energética en América Latina y el Caribe (ALC) es fundamental para reducir la vulnerabilidad de los sistemas energéticos, mejorar el bienestar social y económico, y garantizar la asequibilidad de los servicios energéticos. Diversos estudios destacan que la eficiencia energética es una de las opciones más rápidas y costo-efectivas para reducir las emisiones de CO2 y fortalecer la seguridad energética, considerándose el “primer combustible” en la transición energética global junto con las energías renovables.

Este estudio presenta evidencia sobre la mejora de la eficiencia energética en la región, tanto a nivel regional como subregional y por sectores. Desde la década de 1990 hasta 2022, América Latina y el Caribe ha mejorado su eficiencia energética, reduciendo la intensidad energética del PIB. Desde 2004, el crecimiento del PIB se ha desacoplado del consumo de energía, favoreciendo la disminución de la intensidad energética. Sin embargo, la región muestra avances más lentos en comparación con otras regiones del mundo mostrando una brecha para alcanzar la meta 7.3 de eficiencia energética del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7. Subregionalmente, América Central y el Caribe muestran las menores intensidades energéticas, mientras que la Zona Andina y el Cono Sur tienen cifras más altas.

También se abordan las barreras de mercado, no de mercado y conductuales que dificultan el despliegue masivo de medidas de eficiencia energética en los sectores privado y público. Además, se presenta una propuesta de instrumentos de política pública necesarios para superar estos desafíos, incluyendo ejemplos de iniciativas exitosas en la región. La eficiencia energética se presenta como una solución integral a los retos energéticos de América Latina y el Caribe, apoyando una transición energética sostenible y equitativa.