Descripción
Las actividades del sector financiero en Uruguay en los últimos años han significado un notable aporte al Producto Interno Bruto y a la generación de empleo formal y estable, sobre todo femenino. Pese a esto subsisten desigualdades entre mujeres y hombres.
El desarrollo del sector financiero en Uruguay ha acompañado las transformaciones del conjunto de la economía del país: ha sido afectado por serias crisis y a su vez su desempeño ha impactado al resto de los sectores de la actividad económica, y a la sociedad toda.
El desatascado papel del sector en la generación de empleo se da tanto en términos cuantitativos como cualitativos, ya que ha logrado mantener condiciones laborales relativamente superiores al resto del mercado laboral. Las mujeres han ganado espacios en el empleo sectorial, llegando a representar en el año 2003 el 43.6% de los ocupados en el sector. La creciente incorporación de las mujeres al sector obedece en gran parte a su demanda por recursos humanos calificados, en un contexto de modernización, modificaciones en la organización del trabajo e introducción de nuevas tecnologías informáticas. A pesar de ello, subsisten desigualdades entre la situación de los y las trabajadoras. Las diferencias más importantes radican en la segregación ocupacional de género vertical -la concentración de mujeres en niveles no directivos- y horizontal -aumento de la presencia femenina en tareas diferentes a las bancarias o más tradicionales, con niveles de remuneración inferiores, siendo la brecha de género en las remuneraciones superior a la del promedio de ramas de actividad económica.
En este contexto, la promoción de políticas para la equidad de género requiere de la participación de los distintos actores sociales- gobierno, sindicato, empresariado y organizaciones de mujeres- pero además puede depender en buena medida de las casas matrices, frente a lo cual las articulaciones internacionales en el ámbito sindical pueden contribuir a la implementación de políticas antidiscriminatorias.