Descripción
Resumen
Los responsables de formular políticas públicas coinciden en que es necesario incorporar la perspectiva de género en todas las etapas de los programas y de esas políticas si su objetivo es maximizar la eficiencia y superar la situación de desigualdad de las mujeres.
Con el fin de lograr una mayor equidad de género, el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM);, de Chile, en su "Plan de igualdad de oportunidades para las mujeres 1994-1999", fijó como uno de sus objetivos generales mejorar la situación de salud de ellas. Asimismo, propuso medidas destinadas, entre otras cosas, a ofrecerles mejores condiciones de acceso y calidad en la atención que reciben, tanto del ámbito público como del privado.
Surge, entonces, la interrogante sobre cuál es el impacto que el sistema de salud tiene hoy sobre hombres y mujeres. ¿Se está discriminando realmente por género o su resultado es neutro desde esa perspectiva?
El sector de salud chileno actual tiene un componente público, o Fondo Nacional de Salud (FONASA);, y uno privado, constituido por las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE);. En esta investigación, se tratan separadamente. Para responder a las preguntas anteriores, es necesario distinguir entre ambos, ya que sus características son disímiles y hacen que su aproximación a los distintos grupos de población, por sexo, edad o ingreso, sea diferente.
La hipótesis central de este estudio es que falta equidad en el sistema privado de salud, pero sus causas no sólo provienen del sector de salud propiamente tal, sino que también de factores de inequidad de género insertos en el contexto en el que este régimen funciona. Esta desigualdad en el mercado de trabajo y los elementos discriminatorios que responden a factores culturales podrían traducirse en un menor acceso a la salud y en un costo mayor para ciertos grupos.