Descripción
Centroamérica es una de las zonas de mayor conflictividad del planeta. El presente escrito considera las manifestaciones del conflicto violento de dos naciones del istmo, El Salvador y Nicaragua, la primera sumida en una grave crisis humanitaria y la otra sostenida en una violencia de baja intensidad. Nicaragua, no obstante, es junto con Honduras, el país más pobre de la región. La insólita mezcla de pobreza y reducida violencia en un país que colinda con la zona turbulenta de Centroamérica fuerza la búsqueda de esas otras mediaciones que sostienen su estado de relativa tranquilidad. De allí las preguntas que presiden el texto. Frente a un país atormentado, ¿cómo pensar su eventual proceso hacia la paz? Ante una nación en relativa calma, ¿qué aprender para proyectar el tratamiento de la crisis violenta de la región? Desde el telón de fondo de la injusticia y la desigualdad, pues a los dos países les caracteriza la precariedad económica, ¿qué mediaciones desatan la violencia salvadoreña y cuáles posibilitan la tramitación no violenta nicaragüense?