Descripción
La idea de igualdad ha conformado la autocomprensión de las sociedades a lo largo de la historia. Lo que diferencia a los distintos momentos históricos es el alcance de esa idea de igualdad, ya que ha tenido una similar presencia cuando lo que hacía iguales a los miembros de una sociedad era el honor, o cuando lo que los hacía iguales era la pertenencia a cierto grupo o etnia, o cuando el linaje era lo determinante.
En virtud de esto la forma en que se especifique la igualdad tendrá mayor o menor inclusión; si nuestra condición de iguales está basada en la pertenencia a un grupo o etnia, entonces la inclusión será considerablemente menor que si la igualdad es especificada por una característica que compartan todos los seres humanos. El mayor alcance que ha tenido históricamente la idea de igualdad se presenta en forma paradigmática a partir de la modernidad, donde la igualdad pasa a estar asociada con la idea de dignidad. La igualdad ya no se justifica por el linaje, el honor o la etnia, sino por nuestra condición de ser fines en sí mismos y esto podría postularse sin mayor dificultad como un ideal normativo irrebasable de las sociedades contemporáneas.