Descripción
Introducción (primeros párrafos);
La Argentina, un país de base productiva eminentemente agrícola, encaró a partir de la crisis del año 1930 un proceso de industrialización fuertemente intervenido por la acción estatal. Esta experiencia de industrialización tardía se constituyó - con más claridad a partir de la posguerra- en un ejemplo típico de las llamadas Iniciativas de Sustitución de Importaciones (de aquí en más, ISI);.
El desempeño económico del país a lo largo de los casi cincuenta años que estuvo vigente la ISI no fue homogéneo, pero puede decirse que la Argentina logró llevar a cabo lo que suele llamarse un desarrollo industrial intermedio.
Las distintas políticas aplicadas en el período fueron objeto de pujas sociales importantes, a la vez que la misma configuración estructural de la economía estuvo repetidamente sujeta a demandas de cambio. En la segunda mitad de los años ´70 se implementaron políticas que modificaron sustancialmente los escenarios macroeconómico, sectorial y microeconómico. De este modo, la economía ingresó estructuralmente muy cambiada a una década de los años ´80 caracterizada por las consecuencias de la crisis de la deuda: racionamiento externo de crédito, inestabilidad macroeconómica y reversión de las reformas (aunque no totalmente de sus efectos); adoptadas en la segunda mitad de los ´70.
Con el comienzo de los años ´90 el panorama financiero internacional se modificó visiblemente. Sumado a ello, la implementación de un plan de estabilización (el Plan de Convertibilidad); y la introducción de reformas estructurales generalizadas cambió favorablemente las perspectivas de los
agentes sobre el futuro económico. Se verificó en consecuencia una rápida expansión de la inversión y del nivel de actividad que duraría hasta la devaluación del peso mejicano en diciembre de 1994.
Si se observa la historia económica argentina de los últimos veinte años, hay una interpretación que resulta difícil de eludir. El proceso de apertura y liberalización de la segunda mitad de los ´70, la crisis de la deuda y la década de racionamiento de crédito internacional que le siguió, y la nueva
experiencia de apertura y liberalización de los ´90 tienen algo en común. Cada etapa implicó un violento cambio en el juego económico del que participaban los agentes. El entorno en el que ese juego se desarrollaba cambió, los participantes cambiaron, y las reglas a las que cada uno estaba
sujeto se modificaron también.