Descripción
Las conclusiones preliminares del estudio apuntan a sostener que, sobre la base del debate teórico, de política económica actual y las tendencias internacionales recientes de globalización, al menos en la región centroamericana es imperativo generar condiciones territoriales endógenas de crecimiento que vayan más allá del sector productivo per se: el desarrollo y el tejido industrial pueden incrementarse y profundizarse mucho más si las economías de la región se integran a las actividades dinámicas de los noventa y si se exploran nuevas formas de eficiencia colectiva y organización industrial como los clusters, distritos y parques industriales, encadenamientos (linkages), así como formas institucionales de subcontratación (outsourcing) y concentración de competencias básicas (core competencies). Si bien se han dado avances significativos en el desempeño de las principales variables macroeconómicas, no se cuenta aún con un patrón de crecimiento sostenido en el cual la industria pueda recuperar las tasas de crecimiento de décadas pasadas, por lo que se vuelve indispensable profundizar la integración de la región, en conjunción con una inserción mayor y en mejores condiciones a los mercados internacionales. Durante los noventa se ha generado un sector dinámico en las economías centroamericanas que ha aumentado su competitividad en términos de sus exportaciones y en las llamadas 'Tecnologías maduras' como la maquila de prendas de vestir, y ha aprendido a competir en un mercado abierto y altamente dinámico. La ampliación de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) ofrece, en este contexto, la oportunidad de incrementar las exportaciones centroamericanas a los Estados Unidos, principalmente las de confección y prendas de vestir, aunque difícilmente permitirá una diversificación exportadora. En contraste con este sector orientado hacia las exportaciones, el resto de empresas, en particular las micro, pequeñas y medianas, tienen escasas o nulas capacidades de vincularse efectivamente en la cadena de valor agregado y sufren profundas limitaciones en su acceso a capital, capacitación y desarrollo tecnológico, entre otras. En consecuencia, se sostiene que los esfuerzos de la región deben incluir una visión sistémica de la competitividad que abarque las limitaciones analizadas en forma integral y específica. Adicionalmente, las conclusiones y recomendaciones de política abordan los aspectos científicos y tecnológicos de las políticas de competitividad industrial y la necesidad impostergable de invertir en la formación de capital humano como alternativa directa de aumento de la productividad. Se hace énfasis especial en el fortalecimiento presupuestario y financiero de llos consejos nacionales de ciencia y tecnología, de la investigación y desarrollo y de los institutos nacionales de formación profesional, destacando el papel de las instituciones puente en la incorporación del cambio tecnológico y, en un contexto más amplio, se plantea la importancia de las políticas de innovación tecnológica y sus interacciones con los sectores públicos y privados. En los esquemas de financiamiento se concluye que existe una urgente necesidad de promover vínculos entre el sistema financiero y los mercados regionales y mundiales, y entre las empresas transnacionales establecidas en la región, así como en las relaciones interempresa. Se destaca el papel de los fondos de inversión y de la banca de desarrollo para las micro, pequeñas y medianas empresas, especialmente para los países centroamericanos de menor desarrollo relativo. En las propuestas de política se sugiere, entre otras, la creación de un instituto centroamericano para el fomento de la competitividad industrial.