Descripción
Pese a la enorme inestabilidad macroeconómica, a primera
vista las distribuciones del ingreso urbano en el Brasil en 1976
y 1996 se ven muy parecidas. El ingreso medio de los hogares
por habitante estaba estacionario, con un crecimiento minúsculo
de 4.3% acumulado en los dos decenios. El coeficiente de
Gini oscilaba apenas sobre el 0.59 en ambos años y la incidencia
de la pobreza (con respecto a una línea de pobreza de 60
reales al mes a precios de 1996); permanecía de hecho inalterada,
en 22%. Sin embargo, bajo esta estabilidad aparente operaba
una poderosa conjunción del mercado laboral y la dinámica
demográfica y educativa para generar, como uno de sus efectos,
un aumento considerable de la pobreza extrema urbana.
Usando una metodología de descomposición basada en la
microsimulación, que aplica como factores endógenos el ingreso
del trabajo, las opciones laborales individuales y las
decisiones en materia de educación, demostramos que influyeron
en la distribución del ingreso, por una parte, el descenso
en el rendimiento medio de la educación y la experiencia, así
como cambios pauperizantes en la estructura de las ocupaciones
y la participación de la fuerza de trabajo (todo lo cual tendió
a aumentar la pobreza);, y, por la otra, el aumento en el
nivel de los logros educativos en toda la distribución y la reducción
progresiva de las tasas de dependencia (factores ambos
que tendieron a disminuir la pobreza);.