Descripción
El crecimiento del empleo de calidad necesario para disminuir el
empleo informal y el desempleo en Perú, depende de que se acelere y
diversifique la inversión privada en el sector transable. Una de las principales restricciones para acelerarla es la débil competitividad del sector transable no extractivo. En 1990-2003, la mejora de su competitividad se basó esencialmente en el descenso de los costos laborales, enfoque socialmente injusto y económicamente ineficaz. Para elevar la competitividad es indispensable un régimen macroeconómico con un
tipo de cambio real competitivo y estable —cuya aplicación enfrenta
obstáculos— y el aumento de la productividad total a nivel
microeconómico. Esto último debe buscarse a través de políticas
microeconómicas y mesoeconómicas, siendo el principal obstáculo la
visión estrecha que dominó el escenario económico en el decenio de
1990, según la cual el incremento de la competitividad se logra reduciendo
los costos laborales medios.