Estudio explora vínculos entre crecimiento económico, cohesión social e igualdad en la región

Si bien el crecimiento económico es una condición básica para avanzar hacia sociedades más igualitarias, justas e incluyentes, este no garantiza que los países se encaminen hacia el logro de dichas metas, plantea el estudio Crecimiento económico y cohesión social en América Latina y el Caribe publicado por la Sede Subregional de la CEPAL en México.

Para los autores Mariela Buonomo y Pablo Yanes es necesario considerar las características y calidad del crecimiento económico, el marco de derechos en el que se lleva a cabo, sus impactos distributivos y el tipo de vínculos y relaciones sociales que lo moldean y definen.

En el documento ambos desarrollan una primera aproximación a los vínculos entre crecimiento, cohesión social y desigualdad, e incluyen el tema de la violencia como un aspecto importante a explorar.

La violencia, señalan, es uno de los factores que obstaculiza el desarrollo en América Latina y el Caribe. Por una parte, afecta los activos de las personas y lleva a la depreciación del capital físico, humano y social y, por otra parte, implica costos directos e indirectos (desviando recursos que podrían ser dirigidos a otros usos) que afectan a la economía y la sociedad.

En los últimos 30 años la región de América Latina y el Caribe ha registrado importantes cambios institucionales, económicos y sociales y, particularmente desde los años noventa, se han alcanzado tasas de crecimiento superiores al promedio mundial.

Para lograr un crecimiento con igualdad, sostienen los autores, son importantes tanto la estructura productiva como el sistema distributivo de los países. Es por ello que desde la CEPAL se ha postulado la idea-fuerza de crecer para igualar e igualar para crecer.

En el informe se presenta la evolución de la pobreza y la distribución de ingresos desde 1980 hasta 2011 en América Latina y se vincula esta evolución con el crecimiento económico. Luego se observan indicadores en materia de educación y salud y se los relaciona, de igual forma, con el crecimiento y la desigualdad.

Finalmente se exponen los principales indicadores de violencia e inseguridad y se sintetiza el impacto de estos fenómenos sobre el crecimiento económico en la región.

Algunos estudios estiman que los costos directos e indirectos de la violencia sobre bienes y personas representan 14,2% del PIB de América Latina, la pérdida de capital humano asociada a la violencia casi 2% del PIB, la pérdida de recursos de capital 4,8% y las transferencias a las víctimas alrededor de 2% del PIB.