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Las economías de América del Norte han mantenido fuertes vínculos de comercio e inversión en 25 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En este espacio de cooperación económica han surgido cadenas de valor regionales que han permitido a las empresas de América del Norte enfrentar la fuerte competencia internacional. En este escenario se enmarca la nueva publicación de la Sede Subregional de la CEPAL en México.
El documento Vínculos productivos en América del Norte, publicado en mayo de 2019, revisa el grado de integración económica entre México, Estados Unidos y Canadá. Analiza la competitividad de las principales industrias en los tres países, cómo se relacionan a través de las cadenas de valor, y el impacto de los flujos de comercio e inversión sobre la estructura productiva y el desarrollo de México.
En el estudio, su autor Miguel Pérez Ludeña, consultor de la Unidad de Comercio Internacional de la CEPAL, asegura que para México la integración con estas naciones del norte le ha permitido atraer grandes flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) a la manufactura y crear capacidades en industrias exportadoras que las empresas locales no hubieran podido hacer por sí solas. Sin embargo, el autor también menciona que las empresas extranjeras han dejado poco valor agregado en el país y han invertido muy poco en innovación y desarrollo. Por lo que, la integración en América del Norte no ha conseguido acercar el ingreso medio de México hacia el nivel de los Estados Unidos o Canadá.
Por otro lado, el documento de CEPAL-México resalta que la mayor parte del comercio entre las naciones del TLCAN se concentra en manufacturas. Dentro de este sector se destaca la industria automotriz, seguida de la electrónica y la mecánica. Tres industrias que han logrado construir una cadena de valor en la que piezas y componentes se producen a lo largo de los países de América del Norte y cruzan las fronteras varias veces antes de llegar al consumidor final. El grado de la integración varía según las industrias, pero en todos los sectores manufactureros los países del TLCAN son los principales proveedores de insumos intermedios.
La publicación asevera que la inversión extranjera continúa creando capacidad de manufactura en México. La industria automotriz ha seguido creciendo durante 2017 y 2018 a pesar de la renegociación del TLCAN y en estos últimos años ha conseguido diversificar un poco las exportaciones para no depender por completo del mercado estadounidense. Por otra parte, las reformas en el sector energético han conseguido atraer inversión extranjera directa hacia este sector y también han aumentado las exportaciones de México de servicios modernos a Estados Unidos.
La inversión extranjera en América del Norte no fluye únicamente en una dirección, sino que las empresas mexicanas también pueden aprovechar la oportunidad de expansión que ofrece el mercado de los Estados Unidos, asegura el estudio, aunque aún son contadas las empresas que lo hacen. La mayoría de los flujos de inversión que se dirigen de México hacia el norte son de inversión de cartera, agrega.