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Promover el desarrollo sostenible y la igualdad no es tarea de un solo actor, el Estado o el sector privado, es una tarea de toda la sociedad, y el sector empresarial juega un papel fundamental, remarcó la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, en un evento de alto nivel con empresarios mexicanos realizado el martes 18 de febrero en Ciudad México, y presidido por Nicolás Mariscal Torroella, Presidente del Consejo Marhnos.
La máxima representante del organismo regional de las Naciones Unidas fue una de las expositoras en el panel Perspectivas de Davos, organizado por la Unión Social de Empresarios de México (USEM) que encabeza Emilio Díaz Romero, en la sede del Club de Industriales, en la capital mexicana. En el encuentro se analizaron los resultados del reciente Foro Económico Mundial celebrado en Davos, los retos de América Latina y el Caribe en materia de responsabilidad social empresarial, la situación económica y social de la región y los desafíos para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En el panel participaron además Mónica Flores, Presidenta de Manpower América Latina, Luis Ramírez, Global Shaper del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) y Katja Bechtel, representante de Partnership Against Corruption (WEF).
En el evento, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL reflexionó sobre las discusiones en torno al capitalismo efectuadas durante la última reunión del Foro Económico Mundial, en Davos (Suiza). “Después de la crisis de 2008, el capitalismo basado en la maximización de los beneficios de los accionistas está atravesando una crisis ideológica. El debate, tanto en el mundo empresarial, como en el mundo político se ha concentrado en generar nuevas ideas para transitar hacia un capitalismo más justo e inclusivo”, explicó.
“Debemos pasar desde el capitalismo de accionistas (shareholders) hacia un capitalismo de los grupos de interés (stakeholders)”, declaró en apoyo a los debates celebrados en Davos.
Bárcena indicó que el capitalismo ha mostrado gran flexibilidad, ha aumentado su expansión geográfica y hoy es constante evolución e interactúa con un mundo global que enfrenta un importante cambio tecnológico. Pero, sin embargo, es incapaz de garantizar una distribución equitativa de la riqueza generada.
“El capitalismo accionario, con su mirada cortoplacista, no ha tomado en cuenta las consecuencias de sus objetivos financieros para los trabajadores, los clientes, los proveedores, las comunidades y el medioambiente. El Manifiesto de Davos 2020 pone al centro de la actividad de la empresa el beneficio de los diversos grupos de interés, y brinda una alternativa al capitalismo accionario y cortoplacista”, señaló.
Desde la perspectiva de la CEPAL, explicó Bárcena, el debate actual ofrece un punto de partida fundamental para repensar el sistema, empezando como se indica en Davos con un cambio de perspectiva en el estilo gerencial de las empresas, pero también, como sugiere el debate económico, cuestionando la arquitectura del sistema desde sus valores, hacia su componente reguladora.
“El debate impulsado en Davos es extremadamente importante, y puede considerarse un punto de partida para que los diversos actores en el sistema rediseñen reglas e instrumentos para limitar la polarización de la riqueza y los desequilibrios de poder, a través de nuevas reglas fiscales, nuevas reglas de competencia, nuevas reglas para estandarizar los derechos de los trabajadores y un nuevo sistema multilateral”, declaró
Durante su intervención, Alicia Bárcena remarcó también que el compromiso del sector privado de avanzar de manera sostenible es clave, en especial en un mundo globalizado como el actual. “En un mundo cada vez más corporativo, promover mayor responsabilidad social de las empresas es fundamental para avanzar hacia un nuevo estilo de desarrollo basado en un gran impulso ambiental”, declaró Bárcena. “En el contexto actual, la región necesita que la igualdad y la sostenibilidad ambiental sean los pilares fundamentales para el nuevo modelo de desarrollo. Por eso, es necesario impulsar la creación de una conciencia corporativa con visión colectiva, para que todos participen plenamente en la construcción de la igualdad y de una senda de desarrollo sostenible”, agregó.
En su exposición, Alicia Bárcena recordó que el desempeño económico actual de la región es insuficiente para lograr los ODS: América Latina y el Caribe crecerá 1,3% en 2020, acumulando siete años de magro desempeño, con una demanda interna débil en toda la región asociada a caídas en la inversión, consumo per cápita y exportaciones, y una disminución sostenida en la calidad del empleo. A este escenario se suman las crecientes demandas sociales y las presiones para reducir la desigualdad y mejorar la inclusión social, que han surgido de manera inusitada en ciertos países de la región.
“Si la región no cambia el modelo de desarrollo y en particular se posiciona hacia una transición energética sostenible, no se cumplirá con la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo sostenible. Ello implica un cambio en los tres pilares de esta Agenda, que son el económico, el social y el ambiental”, remarcó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
Bárcena indicó que existen nuevas oportunidades de transformación productiva particularmente en México que tiene ya una base productiva mucho más diversificada que otros países de la región. Tiene retos como por ejemplo ampliar la capacidad tecnológica para aumentar la productividad y establecer cadenas de valor incluso con capacidad regional. Algunos ejemplos de ello son la gestión de ciudades inteligentes; la expansión de la electromovilidad, edificaciones e infraestructura sostenible; agricultura sostenible y bioeconomía; economía circular; y el manejo de la biodiversidad, particularmente en el Sureste mexicano, entre otras. Para este fin, precisó que la participación del sector privado para la región es fundamental, ya que representa el 75% de la inversión total.
Sin embargo, enfatizó que retomar una senda de mayor crecimiento en un marco de sostenibilidad requiere una política de inversiones que no solo pase por invertir en maquinaria y equipo, sino que además se canalice hacia sectores y actividades que tengan un mayor encadenamiento, y con claros componentes ambientales. “Se requiere una política de inversiones con objetivos verdes explícitos en la normativa (reducción de emisiones, eficiencia en el uso de recursos naturales, protección y mejora del medio ambiente, de la biodiversidad y promoción de la sustentabilidad ambiental). Para este fin la CEPAL propone un nuevo pacto social entre el Estado, el mercado y la sociedad, para construir un desarrollo sostenible, más justo e igualitario, que incluya políticas fiscales y productivas para el desarrollo sostenible”, dijo.