Comunicado de prensa
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), analizó el lunes 27 de noviembre los eventuales beneficios que podría tener un ingreso básico incondicional y universal para los 145 millones de jóvenes que habitan en la región, durante la presentación del libro Ingreso Básico. Una propuesta radical para una sociedad libre y una economía sensata, de los autores Philippe Van Parijs y Yannick Vanderborght, publicado por Grano de Sal.
Según Bárcena, este podría ser “un instrumento redistributivo, intergeneracional y emancipador” para los jóvenes de la región, que les permitiría no solo iniciar su vida productiva con un piso de seguridad y certidumbre mínimo pero adecuado, sino además adquirir nuevas habilidades y desarrollar iniciativas innovadoras y audaces de cambio social.
“Una de las virtudes del libro de Van Parijs y Vanderborght es justamente pensar el ingreso básico no solo como una herramienta potente contra la pobreza, la desigualdad y la precariedad material sino también como un instrumento de emancipación”, enfatizó la máxima representante de la CEPAL en el evento realizado durante la edición 31 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que se celebra entre el 25 de noviembre y el 3 de diciembre de 2017.
Además de Van Parijs y Bárcena, participaron en el lanzamiento del libro Jesús Silva-Herzog Márquez, Profesor en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey; Zoé Robledo, Senador mexicano, y Salomón Chertorivski, Secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, con la moderación de Tomás Granados Salinas, Director del sello editorial Grano de Sal.
Bárcena destacó la pertinencia y oportunidad del libro en el actual contexto internacional. “Desde la CEPAL hemos venido afirmando que el mundo vive un cambio de época y que el actual estilo de desarrollo, concentrador, excluyente y depredador, es insostenible”, señaló la alta representante de las Naciones Unidas, quien valoró la propuesta de los autores de avanzar hacia “un Estado de Bienestar Activo Emancipatorio que permita mayor libertad y autonomía a las personas”.
En dicho escenario, dijo, el ingreso básico incondicional y universal sería un pilar adicional a las actuales prestaciones y derechos sociales, es decir, no sustituiría las transferencias monetarias, las pensiones ni el acceso desmercantilizado a servicios de salud y educación, entre otros.
“Se trata de dar a todos y todas la libertad para moverse con mayor soltura entre el trabajo remunerado, la educación, el cuidado y el trabajo voluntario”, explicó, considerando que un alto porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan son mujeres que se hacen cargo de las labores domésticas y de cuidado en sus hogares.
En el prólogo, Van Parijs y Vanderborght, dos de los principales estudiosos y promotores a nivel mundial del ingreso básico, definen el texto como “una síntesis crítica y global de la bibliografía multidisciplinaria, plurilingüe y en rápida expansión sobre el tema”.
Defendiendo la idea de un ingreso básico incondicional, los autores señalan que este “es un pilar fundamental de una sociedad libre, en la que la verdadera libertad, para prosperar –mediante el trabajo y más allá del trabajo-, esté distribuida equitativamente”.