La XX Reunión del Consejo Regional de Planificación del ILPES celebrada en Brasilia el 2 y 3 de octubre de 2025, marca un punto de inflexión para América Latina y el Caribe. 

En un contexto de incertidumbre global, fragmentación política y demandas sociales crecientes, los países de la región aprobaron una ambiciosa Agenda Regional de Gobernanza de la Planificación y la Gestión Pública para el Desarrollo Sostenible, que representa mucho más que un acuerdo técnico: es una apuesta colectiva por construir el futuro con visión de Estado.

América Latina y el Caribe enfrenta tres trampas estructurales que se retroalimentan: baja capacidad para crecer y transformar, alta desigualdad y cohesión social débil, y capacidades institucionales insuficientes. Superarlas exige más que buenos diagnósticos: requiere gestionar transformaciones complejas con legitimidad, eficacia y visión de largo plazo.

Fortalecer las capacidades del Estado para una acción pública transformadora

En este marco, la planificación y la gestión pública deben dejar de concebirse como funciones meramente técnicas o administrativas. Deben convertirse en capacidades estratégicas del Estado, capaces de articular actores, construir consensos y anticipar escenarios. La Agenda Regional lo expresa con claridad a través de sus cuatro ejes:

• Gobernanza, institucionalidad y diálogo social, para recuperar la confianza ciudadana y fortalecer la democracia.
• Dimensión de futuro y gobernanza anticipatoria, para integrar la prospectiva en un mundo de creciente incertidumbre.
• Coherencia e integralidad de políticas públicas, para superar la fragmentación y transformar catálogos de iniciativas en arquitecturas de implementación.
• Evaluación, valor público y aprendizaje continuo, para asegurar que las políticas generen resultados y mejora permanente.

Pero planificar no basta. Es imprescindible contar con instituciones capaces de traducir diagnósticos en acción, de sostener políticas más allá de los ciclos electorales y de innovar frente a contextos cambiantes. Por ello, la CEPAL ha propuesto el enfoque de capacidades TOPP, técnicas, operativas, políticas y prospectivas como plataforma para la implementación transformadora. Estas capacidades no son atributos estáticos, sino funciones críticas que deben activarse de forma sinérgica para que las instituciones puedan conducir procesos de cambio legítimos, eficaces y sostenibles.

Este enfoque desplaza la discusión desde las coordenadas ideológicas hacia el terreno de las condiciones efectivas de la acción colectiva. Lo central no es contraponer modelos, sino construir capacidades que permitan diseñar, implementar y sostener políticas públicas con legitimidad social y horizonte de largo plazo.

Una alianza regional para impulsar la implementación de la Agenda

La Agenda Regional ha recibido un respaldo contundente por parte de organismos regionales, agencias del sistema de Naciones Unidas y bancos de desarrollo, que han expresado su compromiso con su implementación. Esta articulación interinstitucional permitirá movilizar recursos, compartir conocimiento y escalar intervenciones exitosas, consolidando un ecosistema regional de capacidades institucionales alineado con los desafíos del desarrollo sostenible.

La República Dominicana, en su calidad de Presidente del Consejo Regional de Planificación durante el período anterior (2023-2025), inició este camino al promover un proceso participativo y multiactor para la construcción de la Agenda agenda (véase el documento de Bases para la construcción de la Agenda Regional). 

En la actualidad, corresponde a Brasil, como Presidente actual del Consejo Regional de Planificación, liderar su implementación. Para ello, contará con el pleno respaldo de la CEPAL y del ILPES, que se consolidan como socios estratégicos para traducir diagnósticos en líneas de acción concretas. 

Hacia políticas públicas innovadoras y con visión de futuro

Actualmente varios países de la región están renovando sus planes nacionales de desarrollo con miras al 2050, lo que representa una oportunidad única para poner en práctica los principios, herramientas y lineamientos de esta Agenda Regional. En este proceso, el ILPES se pone a disposición para acompañar con asistencia técnica, formación de capacidades y soluciones institucionales adaptadas a las realidades de cada país.

Este impulso regional se alinea con los debates globales que se están dando en el marco de la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas, que ha puesto en el centro la necesidad de fortalecer la gobernanza global y anticipar los desafíos del mañana. Temas como la crisis climática, la migración, el envejecimiento poblacional o la baja natalidad no pueden abordarse con respuestas reactivas: requieren análisis estratégicos hoy para construir soluciones sostenibles mañana. La planificación con visión de futuro es, por tanto, una herramienta indispensable para anticipar disrupciones, construir resiliencia y garantizar que las decisiones del presente estén alineadas con los horizontes de desarrollo que aspiramos alcanzar.

En este contexto, la innovación pública cobra una relevancia central. No se trata únicamente de incorporar tecnologías digitales o soluciones productivas, sino de repensar la forma en que se diseñan, implementan y evalúan las políticas públicas. La innovación pública debe ser también social y de gobernanza, promoviendo nuevas formas de participación ciudadana, cocreación de políticas y colaboración entre actores diversos. Solo así podremos construir instituciones más abiertas, inclusivas y capaces de responder a los desafíos complejos de nuestro tiempo.

La esencia de la agenda regional es avanzar juntos, con cooperación estratégica, integración regional y multilateralismo renovado, para transformar la voluntad en resultados concretos.

El mensaje es claro: pasar del qué al cómo. La región cuenta con diagnósticos y orientaciones cada vez más compartidas. Lo que hoy se requiere con urgencia es dotarnos de arquitecturas, capacidades y mecanismos que permitan implementar esas transformaciones con eficacia, legitimidad y visión de futuro.

La ciudadanía no puede esperar. Es ahora cuando debemos transformar diagnósticos en decisiones, y compromisos en resultados. La planificación estratégica, con visión de Estado y centrada en el bienestar de las personas, es el camino para construir el futuro que queremos, hoy mismo.