Nota informativa
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que México alcanzará una tasa de crecimiento económico real en 2019 de 1,7%, inferior a la de 2018 (2,0%).
Esta nueva cifra es cuatro décimas inferior a la proyectada en diciembre de 2018 (2,1%), debido a una desaceleración de la actividad económica en el último trimestre de 2018, al menor impulso registrado por la inversión pública en los primeros meses de 2019 (retrasos en la ejecución del gasto público asociados al comienzo de una nueva administración) y una moderada inversión privada. Además, se proyecta un efecto negativo en la demanda externa, debido a la desaceleración de la economía de los Estados Unidos, causada entre otras cosas por el cierre parcial de las operaciones de gobierno en enero y la pérdida del impulso que en 2018 le dio la disminución de impuestos federales. El desempeño económico de México también se ha visto afectado, aunque en menor medida, por la toma de vías férreas por parte de trabajadores de la educación en enero, las huelgas en las maquiladoras en el norte del país y el insuficiente abasto de gasolina en enero en estados importantes para la actividad económica del país, debido a la estrategia de combate de robo de combustibles en los poliductos de PEMEX.
Existen otros riesgos que, de materializarse, podrían propiciar una desaceleración mayor del crecimiento del PIB. Esos son: el cambio en las condiciones financieras internacionales por un aumento de las tasas de interés de los Estados Unidos, las tensiones comerciales (particularmente entre los Estados Unidos y China), la percepción de los inversionistas sobre el rumbo de las políticas económicas, la disminución de los ingresos públicos petroleros, una salida abrupta del Reino Unido de la Unión Europea y retrasos en la ratificación y puesta en marcha del T-MEC.
Se espera que en 2019 la inflación se sitúe en un 3,6% (frente al 4,8% registrado en 2018), es decir, dentro del rango meta del banco central (entre un 2% y un 4%). Se estima que la tasa de desempleo será de 3,5%, levemente mayor que la de 2018 (3,3%) y que el déficit fiscal del sector público cerrará alrededor del 2,0% del PIB (frente a un 2,1% en 2018), aun cuando se prevé un leve superávit primario (1,0% del PIB). El déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, por su cuenta, se ubicará en un 1,8% del PIB al cierre del año (1,9% en 2018).