Discurso
El pensamiento del economista David Ibarra ha puesto a los derechos humanos en el centro del discurso y del quehacer de la economía, a través de incorporar la ética y la política en el debate, reconoció ayer Hugo Beteta, Director de la Sede Subregional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Beteta resaltó la independencia y valentía de Ibarra quien siempre ha tenido una vocación latinoamericana y ha advertido sobre los riesgos de la adopción acrítica de modelos de desarrollo importados y del fortalecimiento del mercado a costa del debilitamiento del Estado.
“Sin duda Ibarra es un economista con una fuerte visión social y una robusta visión política y ha sido un firme crítico de aquellos que creen o pretenden que la economía puede separarse de la sociedad y subordinar a la política y a las cuestiones éticas. Ibarra también ha sido un crítico de la falta de correspondencia que existe entre política económica y política social, y ha señalado que esta última difícilmente puede compensar los estragos distributivos de las políticas económicas erradas. El planteamiento tiene mucha relevancia a la luz de los debates más recientes sobre la evolución de la pobreza en México y en América Latina”, dijo el funcionario de las Naciones Unidas.
La Facultad de Economía de la Universidad Nacional de México (UNAM) hizo un reconocimiento a la trayectoria de Ibarra como economista, académico, funcionario público y funcionario internacional donde se desempeñó como Director de la Sede Subregional en México de la CEPAL (1970-1973).
Beteta citó algunas de las publicaciones de la CEPAL donde Ibarra identificó desde el año 2004 cuatro razones para la parálisis del proceso de desarrollo: el paradigma económico centrado excesivamente en el mercado; la pérdida de la autonomía del Estado; la desatención a los mercados internos, y un modelo donde las exportaciones se convierten en la locomotora que jala al resto de la economía, mientras las importaciones destruyen inversiones productivas, puestos de trabajo y cadenas inter-industriales.
“David Ibarra es un cepalino de pura cepa”, aseguró el funcionario de las Naciones Unidas. “El maestro nos recuerda que el mérito de la CEPAL fue precisamente el haber fundido las ideas y prácticas prevalecientes en torno a las políticas públicas para aplicarlas de manera innovadora al desarrollo latinoamericano, teniendo en cuenta sus singularidades”.
En el homenaje participó el profesor emérito de la UNAM, Rolando Cordera, quien citó el libro “Desarrollo Evanescente y Desprotección Social” (UNAM, 2014) de Ibarra, en donde reconoce su capacitad de síntesis y exposición para analizar la actual crisis global y las posible salidas de ésta.
“Habría que proponerse una reivindicación de la política económica y social cuyo desmantelamiento ha llevado a un mundo de desarrollo evanescente y desprotección social. La política económica entendida como proceso social que trasciende los corredores del poder y del ingenio tecnocrático; la política social entendida como el cemento indispensable para el funcionamiento del Estado democrático constitucional moderno; el Estado asumido como el puente insustituible para empezar a erigir un auténtico nuevo orden mundial que de gobernanza y vigor a la globalización que viene”, concluyó Cordera.
En el reconocimiento a Ibarra participaron también el profesor emérito Guillermo Ramírez y el economista José Blanco.