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Palabras de bienvenida de Antonio Prado, Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL en la inauguración del Seminario “El Acuerdo de Asociación Transpacífico: impactos para América Latina y el Caribe”
5 de abril de 2016, Santiago de Chile
Sala Raúl Prebisch, CEPAL
Muy buenos días a todos,
- Andrés Rebolledo, Director General de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile,
- Mario Cimoli, Director de nuestra División de Desarrollo Productivo y Empresarial, y Oficial a Cargo de la División de Comercio Internacional e Integración,
- Negociadores comerciales de Chile, México y Perú,
- Representantes de los sectores académico, empresarial y de la sociedad civil,
- Colegas de la CEPAL,
- Amigas y amigos,
Me es muy grato darles la bienvenida, a nombre de la Secretaria Ejecutiva, Alicia Bárcena y, del mío propio, a la sede de la CEPAL, especialmente, a quienes han viajado desde lejos para estar hoy con nosotros.
El tema que nos convoca es el Acuerdo de Asociación Transpacífico, más conocido como Transpacific Partnership o simplemente TPP. Este acuerdo, suscrito el pasado 4 de febrero, luego de casi 6 años de negociaciones, es el primero de una nueva generación de acuerdos comerciales de vasto alcance, conocidos como megarregionales.
Una vez que el TPP entre en vigor, constituirá la mayor área de libre comercio del mundo (medida por el PIB conjunto de sus miembros) y la segunda más grande, después de la Unión Europea, medida por el monto del comercio entre ellos.
Sus doce miembros representan conjuntamente el 36% del PIB y un cuarto del comercio mundial, y en 2014 recibieron casi un 30% de los flujos mundiales de inversión extranjera directa.
En segundo lugar, el TPP se diferencia de la gran mayoría de los acuerdos comerciales previos por su carácter simultáneamente plurilateral e interregional. Está integrado por países de América Latina y el Caribe, América del Norte, Asia y Oceanía. Ellos son Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam.
Varios otros países han expresado su interés en eventualmente sumarse a esta iniciativa. Al mismo tiempo, resulta notoria la ausencia de China, uno de los dos principales jugadores de las cadenas de valor transpacíficas.
Un tercer elemento distintivo del TPP es su vasta cobertura temática. Este acuerdo contempla no solo la eliminación de los aranceles para la gran mayoría del comercio de bienes entre sus miembros, sino también compromisos de apertura en materia de comercio de servicios, inversión y contratación pública. Asimismo, establece reglas sobre varias materias que a la fecha no han sido normadas por los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, o que lo han sido pero de modo limitado. Este es el caso, entre otros temas, del comercio digital, las empresas estatales, la coherencia regulatoria y diversos aspectos laborales y medioambientales. Se trata pues de un acuerdo que tendrá importantes implicancias sobre el espacio de políticas del que dispondrán sus países miembros en los próximos años.
En definitiva, estamos hablando de un acuerdo comercial de una magnitud, complejidad y ambición pocas veces vistas. Por lo mismo, el TPP ha sido muy controvertido desde sus inicios, no solo en todos los países participantes (incluido el propio Estados Unidos), sino también en otros países y regiones. Chile, México y Perú no son excepciones a este fenómeno, y cabe esperar un intenso debate en los tres países al momento en que sus respectivos Congresos deban ratificar el acuerdo.
La CEPAL ha venido siguiendo de cerca el desarrollo de las negociaciones del TPP desde hace varios años.
Ahora que la negociación ha concluido y los textos son conocidos, estamos trabajando intensamente para intentar dimensionar los impactos que el TPP tendría no solo sobre los tres países participantes de la región, sino también sobre la mayoría que no forma parte del mismo.
Se trata por cierto de un ejercicio de alta complejidad, que incorpora elementos cuantitativos y cualitativos, incluyendo aspectos legales e incluso geopolíticos.
Nos interesa conocer en qué medida la participación en el TPP contribuirá a los procesos de diversificación productiva y exportadora que son tan necesarios no solo en Chile, México y Perú, sino en toda nuestra región. También nos interesa entender mejor cómo el TPP impactará en la capacidad de sus países miembros de implementar un rango amplio de políticas públicas de manera acorde con sus propias prioridades y estrategias de desarrollo. Y por supuesto, también nos interesa enormemente entender los impactos que la entrada en vigor del TPP puede tener sobre la dinámica de los procesos de integración regional en América Latina y el Caribe.
En este contexto, nos alegra mucho haber podido sumar fuerzas con el Gobierno de Chile para organizar conjuntamente el seminario que hoy estamos inaugurando.
Queremos escuchar a los negociadores de Chile, México y Perú, quienes nos entregarán una evaluación de los resultados desde la perspectiva de cada país, incluyendo no solo las ganancias esperadas sino también la forma en que se espera abordar las sensibilidades y dificultades encontradas en el camino.
Queremos escuchar también a los representantes de los sectores académico, empresarial y de la sociedad civil, de modo de poder ir generando una mirada integral sobre las implicancias del TPP en nuestras economías y sociedades.
Obviamente se trata de una tarea que trasciende con mucho a un seminario de un día de duración, pero nos complace que la CEPAL acoja hoy un primer y muy necesario debate sobre un proceso de tanta trascendencia para toda la región.
Muchas gracias.