Segunda Reunión de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe
Área(s) de trabajo
Palabras de José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, en ocasión de la inauguración
de la Segunda Reunión de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe
17 de junio 2025, 10:00 horas (Santiago, Chile, GMT-4)
Sala Raúl Prebisch, CEPAL
- Estimada Dima Al-Khatib, Directora de la Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur (UNOSSC) (virtual)
- Estimado Mateo Estremé, Director General de Cooperación Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Argentina, y Presidente de la Primera Reunión de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe,
- Estimados Representantes de los Ministerios de Relaciones Exteriores y agencias de cooperación,
- Estimados Miembros del cuerpo diplomático acreditado en Chile,
- Apreciados Colegas del sistema de Naciones Unidas y de organismos internacionales aquí presentes;
- Estimados Colegas de la CEPAL,
- Amigas y amigos,
Es un gran honor y alegría darles la más cordial bienvenida a la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con motivo de la inauguración de la Segunda Reunión de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe.
La creación de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur, durante el trigésimo sexto período de sesiones del Comité Plenario de la CEPAL en diciembre de 2021, marcó un paso decisivo hacia una cooperación más integrada y efectiva en América Latina y el Caribe.
Este espacio, que se construye sobre décadas de trabajo del Comité de Cooperación entre Países y Regiones en Desarrollo desde 1981 y del Comité de Cooperación Sur-Sur desde 2004, ha fortalecido los lazos entre países del Sur Global y ha abierto nuevas puertas a la cooperación triangular con actores extrarregionales, donantes y organismos internacionales.
Más allá del intercambio de buenas prácticas, esta iniciativa ha impulsado la transferencia de conocimientos, y de cara al futuro plantea importantes oportunidades para identificar e implementar proyectos conjuntos que potencian la capacidad de acción colectiva frente a los desafíos del desarrollo.
Esto es más importante que nunca frente a un escenario global caracterizado no solo por crisis múltiples y simultáneas, sino por una nueva geopolítica en la que se están redefiniendo y diversificando las alianzas políticas, productivas y estratégicas.
En 2025 la economía y la geopolítica mundiales son las más complejas en muchas décadas. El mundo pasa por un momento económico sumamente incierto, con una geopolítica en proceso de reconfiguración, con bajo crecimiento económico de los principales socios comerciales de la región, el resurgimiento del proteccionismo y tendencias a la reducción de la asistencia oficial para el desarrollo para algunos países y respecto de ciertos temas.
El peso del servicio de la deuda y los reducidos espacios fiscales limitan el margen de maniobra para financiar políticas e inversiones públicas más ambiciosas, necesarias en numerosas áreas. Además, la sostenibilidad ambiental está amenazada por el cambio climático y la degradación ecológica, lo que afecta la productividad y la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables.
Bajo estas nuevas condiciones esta la Segunda Reunión de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe a las alturas de Junio de 2025, es un espacio clave en un momento extraordinariamente especial y adecuado para reflexionar estratégicamente y dialogar sobre cómo articular acciones colectivas y fortalecer las alianzas existentes y otras nuevas que las nuevas circunstancias de la interdependencia global nos convocan a establecer.
Esta edición de la Conferencia es especialmente propicia para profundizar en nuestro principal objetivo: conversar sobre el papel transformador de la cooperación Sur-Sur y triangular como instrumento para fortalecer capacidades nacionales y regionales, movilizar recursos sostenibles, fomentar alianzas multisectoriales e integrar enfoques transversales como la igualdad de género, la gestión del riesgo de desastres y la medición efectiva del desarrollo.
En este contexto, la cooperación internacional no solo se reafirma como una herramienta de solidaridad, sino como una necesidad estructural para construir un futuro más productivo, inclusivo, sostenible, justo y resiliente en América Latina y el Caribe.
Amigas y amigos,
La cooperación Sur-Sur y triangular no solo complementa los esfuerzos tradicionales de desarrollo, que por cierto se están debilitando, sino que constituye un instrumento estratégico para enfrentar las crisis y sobre todo los cambios geopolíticos, y esto es así porque esta cooperación es parte de la respuesta a la necesidad de movilizar financiamiento mediante la consolidación de instrumentos regionales innovadores.
La Segunda Reunión de la Conferencia nos encuentra en un contexto global marcado por múltiples crisis, grandes cambios geopolíticos y competencia entre grandes economías y poderes. Es un contexto que yo me atrevería a llamar de crisis en la cooperación internacional, donde ciertos países y visiones están cuestionando al multilateralismo, al sistema de Naciones Unidas, y a la cooperación internacional en una serie de ámbitos. Y por eso es un momento en el que es necesario repensar el papel de la cooperación Sur-Sur y triangular, como un mecanismo fundamental para fortalecer capacidades, movilizar recursos y promover soluciones adaptadas a las realidades regionales y nacionales.
La cooperación internacional es esencial para garantizar la seguridad, la estabilidad y el bienestar colectivo en un mundo profundamente interconectado. En tiempos de crisis, no es solo una opción ética, sino una necesidad estratégica para sobrevivir y prosperar juntos. Lamentablemente un número importante de países y de movimientos políticos no lo ven así.
Esta Segunda reunión de la Conferencia nos debe convocar, por lo tanto, a debatir sobre los nuevos desafíos de la cooperación internacional en la configuración del nuevo contexto regional y mundial. Específicamente, nos parece fundamental poder dialogar sobre
- la cooperación internacional para el desarrollo —la cooperación Sur-Sur y triangular— en relación con la integración y la necesidad de un consenso regional, de un lenguaje común y de una gobernanza participativa;
- el establecimiento de plataformas para conectar las agendas políticas con las agendas técnicas a través de diálogos sobre políticas públicas más integradas en América Latina y el Caribe, y entre esta y otras regiones del mundo;
- la importancia de las alianzas para el desarrollo entre múltiples actores y sectores y en múltiples niveles;
- la necesidad de fortalecer la cooperación Sur-Sur y triangular, de construir y aplicar métricas multidimensionales, complementarias del PIB, que consideren la desigualdad de género y el impacto planetario, y sobre
- la importancia de la transferencia tecnológica, en una era de IA, entre otros temas.
En la Mesa 2, dialogaremos sobre la cuantificación de la cooperación Sur-Sur para movilizar fondos para el desarrollo. La Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe, en su Primera Reunión (junio de 2024), acordó hacer suyo el marco global y voluntario para medir la cooperación Sur-Sur liderado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y crear un grupo de trabajo en el marco de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe para dar seguimiento a dichos esfuerzos.
Esta iniciativa tiene como propósito generar datos relativos a la meta 17.3 de los ODS, que se refiere a la movilización de recursos financieros adicionales de múltiples fuentes para los países en desarrollo.
Esperamos resaltar la importancia regional del marco global y voluntario para medir la cooperación Sur-Sur liderado por la UNCTAD y proporcionar un panorama sobre el estado de avance regional del marco global y voluntario para medir la cooperación Sur-Sur.
Un tercer tema de esta Conferencia se refiere a la integración de la perspectiva de género en la cooperación internacional para el desarrollo en América Latina y el Caribe. La agenda de igualdad de género en América Latina y el Caribe ha sido clave para impulsar transformaciones profundas hacia sociedades más equitativas, inclusivas y justas. Gracias al esfuerzo conjunto de los gobiernos, la sociedad civil y los movimientos de mujeres y feministas, la región ha avanzado con marcos normativos innovadores en áreas como la equidad salarial, la representación política paritaria, la prevención de la violencia de género y los derechos sexuales y reproductivos.
Más allá de visibilizar las desigualdades persistentes, esta agenda proporciona una base firme para promover el empoderamiento de las mujeres y garantizar su participación plena en todos los ámbitos de la vida, posicionando a la región como un referente en la promoción de los derechos de las mujeres a nivel global.
La Mesa Directiva, en su Primera Reunión llevada a cabo en Santiago (junio de 2024), solicitó a la Secretaría que, con el apoyo de otros organismos, fondos y programas del sistema de las Naciones Unidas, elaborara un plan de acción para la transversalización de la perspectiva de género en programas y proyectos de cooperación internacional para el desarrollo, que sirviera de herramienta metodológica y conceptual para orientar la adecuada incorporación e implementación de la perspectiva de género en las distintas modalidades de cooperación entre los Estados miembros, y que ese documento fuera presentado en la Segunda Reunión de la Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe.
En cumplimiento del acuerdo, en la Mesa 3 de la Conferencia presentaremos y analizaremos el documento Lineamientos y plan de acción para la transversalización de la perspectiva de género en la cooperación internacional para el desarrollo en América Latina y el Caribe.
El documento tiene como objetivo servir de guía y herramienta conceptual y metodológica para orientar y promover la transversalización de la perspectiva de género en las distintas fases, procesos y modalidades de la cooperación internacional para el desarrollo y ofrecer un marco práctico y estratégico para que los países de América Latina y el Caribe incorporen una perspectiva de género en sus políticas, programas, proyectos y acciones de cooperación internacional para el desarrollo.
En la Mesa 4 se abordará la cooperación internacional en la gestión integral de riesgos y desastres. La gestión de los desastres constituye otra área en la que existen abundantes oportunidades para la cooperación internacional, y específicamente para la cooperación Sur-Sur y triangular. En América Latina y el Caribe, las principales iniciativas de colaboración entre los países se impulsaron para hacer frente a las consecuencias de los desastres. Debido a que los efectos de los desastres se caracterizan por su transversalidad, la cooperación no solo se ha dado entre países, sino también a través de organizaciones internacionales y de la sociedad civil.
Esperamos que los representantes de países de América Latina y el Caribe reflexionen sobre el rol de la cooperación internacional en la gestión del riesgo de desastres provocados por fenómenos naturales extremos y otros riesgos ambientales, y se revisarán experiencias actuales en la materia.
Asimismo, esperamos que se ponga especial atención a la necesidad de financiamiento, así como de los esfuerzos conjuntos de los gobiernos, los organismos internacionales, la sociedad civil, el sector académico y el sector privado, para fortalecer la resiliencia de la región ante el riesgo de desastres.
Un tema que no puede faltar en esta Conferencia es el referido a la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que en unos días más se llevará a cabo en Sevilla, España y su importancia para la cooperación internacional.
No puede haber desarrollo sostenible sin financiamiento adecuado, ni financiamiento eficaz sin cooperación internacional sólida. Necesitamos una arquitectura financiera internacional más justa, transparente y accesible, que reconozca las particularidades de los países de renta media y apoye verdaderamente sus esfuerzos de transformación.
En esta Mesa de la Conferencia, esperamos que las autoridades regionales y representantes de organismos y agencias puedan compartir sus prioridades y desafíos.
Por último, en respuesta a los mandatos de la Primera Reunión de la Conferencia, tendremos una última Mesa titulada Fortalecer la coordinación a nivel de todo el sistema de las Naciones Unidas en materia de cooperación Sur-Sur.
Como ustedes saben, el sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo está pasando por un momento de riesgos y oportunidades. Riesgos por la falta de financiamiento de algunos miembros, y oportunidades relacionadas con un profundo proceso de reforma que ha lanzado el Secretario General bajo la iniciative ONU80.
En vista de esto, hemos invitado a los representantes de los organismos fondos y programas de las Naciones Unidas, a coordinadores residentes y a representantes de la Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur (UNOSSC) a dialogar y presentar experiencias regionales sobre la implementación de iniciativas o proyectos de cooperación internacional y multiactor para el desarrollo.
Amigos y amigas,
Como conversamos a profundidad en el Foro de Desarrollo Sostenible en esta misma sala en el mes de Abril, a diez años de la aprobación de la Agenda 2030, aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar sus metas en la región. Como reportamos en esa ocasión, estimamos que solo un 23% de las metas se cumpliría para 2030; un 41% avanza en la dirección correcta, aunque a un ritmo insuficiente para alcanzar el umbral establecido, y un 36% presenta una trayectoria de cumplimiento estancada o en retroceso respecto de 2015.
Este desempeño decepcionante se explica por tres tipos de factores: primero, factores estructurales y la baja capacidad para crecer y transformar de nuestras economías, es lo que hemos llamado la primera trampa de desarrollo en que se encuentran sumidas nuestras economías; segundo, la falta de financiamiento y los reducidos espacios fiscales; y tercero, capacidades institucionales débiles y gobernanza poco efectiva, lo que hemos llamado la tercera trampa del desarrollo regional.
Con respecto a la baja capacidad para crecer y transformar, solo pensemos en que la primera década de aplicación de la Agenda 2030 coincidió justamente con lo que hemos llamado la segunda década perdida de ALC. Entre 2014 y 2013 la tasa de crecimiento promedio de la región fue de solo 0,9%, menos del 2% al que la región creció en la famosa década perdida de los 1980s. Con tasas de crecimiento tan bajas es muy difícil, si no imposible, reducir pobreza, crear empleos de calidad, y tener los ingresos tributarios y el espacio fiscal necesario para financiar las inversiones y transferencias sociales requeridas.
Muchos países también enfrentan instituciones con bajas capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas, las que hemos llamados capacidades TOPP y con instituciones sin esas capacidades es muy difícil gestionar efectivamente las transformaciones indispensables.
De manera que se requiere una acción colectiva y sostenida que articule esfuerzos nacionales y regionales pero también internacionales para salir de las trampas y cerrar las brechas estructurales que nos caracterizan.
En estas tareas, la cooperación internacional se vuelve indispensable para movilizar financiamiento concesional, fomentar el desarrollo productivo y fortalecer las capacidades institucionales de los países de la región. Sin un compromiso global orientado a un desarrollo más equitativo y sostenible, será difícil romper los círculos viciosos estructurales que perpetúan la desigualdad, limitan la productividad y debilitan la gobernanza, impidiendo así el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En América Latina y el Caribe, avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible exige fortalecer las capacidades TOPP de las instituciones— que garanticen una planificación estratégica, una ejecución eficaz y una rendición de cuentas transparente. La cooperación, en todas sus modalidades, es un vehículo clave para transferir conocimientos, compartir buenas prácticas, generar innovación institucional y fortalecer la gobernanza pública. Sin instituciones sólidas no hay políticas efectivas, y sin capacidades institucionales no hay desarrollo sostenible. Por eso, invertir en capacidades institucionales es indispensable para el desarrollo y es uno de los retos de la cooperación Sur-Sur.
Colegas,
El momento actual exige valentía, creatividad, pragmatismo, convicción y compromiso. Requiere también visión de largo plazo. Las condiciones de la economía y la geopolítica mundiales no podrían ser más complejas, y aunque hay oportunidades pasamos por un momento poco amistoso para los esfuerzos de crecimiento y desarrollo.
Hasta donde se puede ver, de la economía mundial no nos estarán viniendo nuevos boom de los productos primarios, ni socios comerciales que crecen a 9 y 10%. Esto no quiere decir que no hay oportunidades, claro que las hay. Pero para aprovecharlas tenemos que hacer las tareas en cada país y complementarlas con la cooperación Sur-Sur.
Hago votos porque esta Conferencia sea un punto de inflexión: una plataforma para renovar compromisos, construir puentes, activar soluciones concretas y acelerar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El futuro no está escrito: está en nuestras manos, y comienza con lo que decidamos hacer juntos, hoy, aquí y ahora.
¡Muchas gracias!
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