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(8 de julio, 2013) "En América Latina y el Caribe estamos ante la oportunidad histórica de repensar el desarrollo sirviéndonos de la brújula de la igualdad y la sostenibilidad ambiental", dijo hoy en Nueva York, Estados Unidos, la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena.
Bárcena participó, junto a funcionarios de gobierno y representantes de organismos internacionales, en la sesión de alto nivel que abrió el debate sobre la desigualdad organizado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El debate fue inaugurado por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, el Presidente de la Asamblea General, Vuk Jeremic, y el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
Ban Ki-moon afirmó que la lucha contra la desigualdad constituye un tema central en las discusiones sobre la agenda para el desarrollo post-2015. En muchos países aumenta la brecha entre ricos y pobres y persisten grandes disparidades en el acceso a la salud y la educación entre las familias según sus ingresos, planteó el máximo representante del foro mundial.
Por su parte, Bárcena repasó en su discurso los principales logros económicos y sociales alcanzados por los países de América Latina y el Caribe en la última década, así como algunos desafíos pendientes.
Entre 2002 y 2012 los países de América Latina y el Caribe crecieron a una tasa anual cercana al 4%, indicó. Se trata de un crecimiento sostenido, con algunos altibajos como la caída de 1,9% en 2009, impulsado principalmente por el dinamismo de la demanda interna (y en particular del consumo privado).
En el mismo período, la tasa de desempleo tuvo una reducción muy significativa, pasando de 15,8 en 2002 a 6,4% en 2012, mientras que el salario real también registró un incremento.
"La crisis económica mundial ha tenido un impacto negativo, pero no dramático en América Latina y el Caribe. El principal efecto se ha dado en el ámbito del comercio", señaló Bárcena. La resiliencia de la región frente a esta coyuntura obedece a la prudencia macroeconómica mantenida por los países durante el auge y a las políticas contracíclicas aplicadas durante la crisis, puntualizó.
La pobreza y la desigualdad también han descendido en los países latinoamericanos y caribeños, indicó la alta representante de las Naciones Unidas. Mientras que los años 90 se caracterizaron por el incremento en la desigualdad, a partir de 2003 se detecta un punto de inflexión en la región, relacionado con la evolución del mercado de trabajo, ya que se incrementaron los niveles de ocupación y cayó la desigualdad de los ingresos laborales. "Sin embargo, falta mucho por hacer", enfatizó Bárcena.
Los avances en términos económicos no han significado cambios en la estructura productiva de la región, planteó.
Dos tercios del producto interno bruto de los países de la región (66,9%) son generados por el estrato de alta productividad, 22,5% por el sector medio y 10,6% por el de menor productividad, distribución que se invierte en términos de empleo: el estrato de alta productividad, ligado principalmente a la extracción de recursos naturales y producción de bienes básicos, genera apenas 19,8% de los empleos, mientras que el medio agrupa a 30% de trabajadores y el de baja productividad a 50,2% de los ocupados.
Para la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, "el eje de un proceso de crecimiento con empleo e igualdad en el largo plazo es el cambio estructural", el cual debe estar orientado a cerrar brechas productivas y sociales. El principal desafío en lo social, sostuvo, continúa siendo avanzar hacia la universalidad en la protección social.
"Para dibujar los colores del futuro de nuestra región es necesario reconocer que la igualdad es el principio ético normativo primordial y el objetivo último", concluyó.
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