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“El problema de la migración es global y necesita respuestas mundiales”, destacó hoy Adela Cortina, Catedrática Emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia (España), en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago, Chile, en donde dictó una conferencia magistral con motivo del 75° aniversario del organismo regional de las Naciones Unidas.
La destacada filósofa española realizó una exposición titulada “Migraciones, aporofobia[1] y los retos éticos para la humanidad. Reacciones ante la migración en América Latina y el Caribe”, en la cual abogó por una “democratización” de todos los países para ir construyendo una sociedad y justicia globales.
“La meta es que, en el siglo XXI, acabemos no solo con la pobreza, sino también con lacras como la migración forzosa, que no se resuelve solo con hospitalidad. No es posible que haya tal cantidad de seres humanos sufriendo tan enormemente. Necesitamos cooperación”, enfatizó.
La reconocida investigadora, que en su vasta trayectoria incluye ser Directora Académica de la Fundación Étnor (Ética de los Negocios y las Organizaciones); miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas; y Doctora Honoris Causa por varias Universidades españolas y extranjeras, entre otras distinciones, fue recibida por José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, quien le dio la bienvenida a nombre del organismo.
“Adela Cortina es una de las mayores líderes del pensamiento filosófico ético y moral del mundo hispano y del mundo en general. Sus escritos nos recuerdan más que nunca que tanto el desarrollo económico como los pactos sociales y la democracia necesitan de la ética”, señaló. “Para la CEPAL y para nuestras prioridades de trabajo y, más importante aún, para los países de América Latina y el Caribe, las reflexiones de Adela Cortina no solo son inspiradoras, sino de una relevancia y pertinencia tan profundas como urgentes”, agregó Salazar-Xirinachs.
La máxima autoridad de la CEPAL también indicó que a la mano invisible del mercado y a la mano visible del Estado, las reflexiones de Adela Cortina agregan la mano de los valores, de las virtudes y de los principios éticos. “Sin ese norte moral no pueden funcionar bien la democracia, la economía ni la política”, dijo. Explicó además que Adela Cortina argumenta que la ética abarata los costos, que es rentable porque la confianza abarata los costos de transacción. En otras palabras, que la falta de ética sale cara, tanto en dinero como en dolor humano.
En su presentación, Adela Cortina agradeció en primer lugar la invitación a participar en esta Conferencia Magistral y reconoció que “para quienes llevamos a América Latina y el Caribe en el corazón, la CEPAL es una organización verdaderamente fundamental. El mundo hubiera sido peor sin la CEPAL y por eso celebrar sus 75 años es para todos nosotros una gran alegría”, declaró.
Indicó que el tema de la migración es crucial y se le ha dado poca visibilidad. “No es solamente uno de los grandes retos de nuestro tiempo sino que puede que sea el mayor reto de nuestro tiempo. Es un verdadero desafío que tendríamos que tener muy en cuenta porque afecta a todos los países y solo con la colaboración de todos los países se podrá resolver”, advirtió.
Por otro lado, explicó que en el terrero de la filosofía moral y política se hace una distinción entre la justicia y la felicidad. Ambas son dos metas fundamentales de los seres humanos pero hay una diferencia central, dijo: la justicia se exige, mientras que la felicidad es una invitación, un consejo, una reflexión conjunta sobre qué es lo que nos haría felices.
“La felicidad es fundamental para las personas, es una cuestión personal; pero la justicia no es personal, es social. La justicia es una exigencia para una sociedad. Y una sociedad que no comparte los elementos más básicos de qué es lo justo no puede construir conjuntamente. Por eso hay que distinguir entre lo justo y lo bueno. Las cuestiones de justicia no son de opción personal, son de exigencia social. La justicia es algo sobre lo que no se establecen transacciones”, enfatizó.
Con respecto a la relación entre personas migrantes y pobreza, Adela Cortina admitió que los migrantes que producen rechazo, o al menos despiertan recelos, no son los turistas, no son los profesores extranjeros, no son los empresarios poderosos, sino los pobres.
“La visión del migrante pobre como ‘alguien que no tiene nada que ofrecer’ tiene que ser disuelta y cambiada radicalmente porque no es cierto y porque es absolutamente inmoral. Las personas migrantes aportan una buena cantidad de beneficios a los países de destino”, precisó.
“Como bien dice (el Secretario Ejecutivo) José Manuel Salazar-Xirinachs, es preciso atender todas las fases del proceso migratorio, el ciclo migratorio completo. El punto central es que ninguna persona se vea obligada a emigrar porque no haya condiciones en su país para llevar una vida digna. El punto de llegada hacia dónde deberíamos marchar es una sociedad cosmopolita, que es la única que podría asegurar que nadie se viera obligado a marchar de su país”, señaló Cortina.
Adela Cortina es la sexta conferencista en participar en el ciclo organizado para celebrar el septuagésimo quinto aniversario de la CEPAL, fundada en 1948 como una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas.
Hasta febrero de 2024, otros pensadores prominentes se darán cita en la sede de la Comisión en Santiago para presentar sus visiones e ideas sobre los retos del mundo y de la región. El listado completo de conferencistas está disponible aquí.
[1] Aporofobia: Fobia a las personas pobres o desfavorecidas (Diccionario RAE).