Briefing note
Las personas migrantes realizan múltiples contribuciones al desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe, en particular, a las economías, las sociedades, las dinámicas demográficas y la diversidad cultural de los países de la región, destacaron hoy especialistas reunidos en un seminario regional organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago de Chile.
El evento, que culmina el jueves 15 de junio, constituye el cierre del proyecto de la Cuenta para el Desarrollo de las Naciones Unidas "Aprovechamiento de la contribución de la migración internacional al desarrollo sostenible en los países de América Latina y el Caribe", que fue coordinado por el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)- División de Población de la CEPAL.
El seminario regional Contribución de la migración internacional al desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe, tiene como objetivo dar a conocer los resultados del proyecto, además de facilitar el intercambio de experiencias y lecciones aprendidas entre los diversos agentes y actores clave de los países de la región, reflexionar en torno a las contribuciones de las personas migrantes al desarrollo con el fin de iluminar la toma de decisiones tanto del sector público como del sector privado, y proporcionar argumentos y contenidos para sostener una narrativa afirmativa de los procesos migratorios y la protección de derechos de todas las personas migrantes.
En la inauguración participaron Simone Cecchini, Director del CELADE – División de Población de la CEPAL, en representación del Secretario Ejecutivo José Manuel Salazar-Xirinachs; María José Torres Macho, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Chile; Marcelo Pisani, Director Regional de la OIM en América del Sur, y Francesco Carella, especialista en migración laboral y movilidad de la Oficina Regional de la OIT.
En sus palabras de apertura, Simone Cecchini destacó que en América Latina y el Caribe la migración internacional ha sido siempre importante, sin embargo, esta relevancia se ha incrementado en el debate político en años recientes debido a que todos los países de la región participan de los flujos migratorios, ya sea como países de origen, tránsito, destino o retorno.
Precisó que, según estimaciones de las Naciones Unidas, en 2020, 43 millones de personas de la región vivían fuera de sus países de nacimiento, representando el 15% de la población mundial de migrantes. En el año 2000 esta población era de 25 millones. Asimismo, los inmigrantes en América Latina y el Caribe aumentaron de 6,5 millones en el 2000 a 15 millones en 2020.
El Director del CELADE – División de Población de la CEPAL, agregó que, si bien Estados Unidos sigue siendo el principal destino migratorio, varios países de la región atraen a muchos migrantes, especialmente venezolanos. La Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) estima actualmente en 6 millones los venezolanos migrantes y refugiados en la región, quienes viven principalmente en Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Brasil.
“Como ha destacado nuestro Secretario Ejecutivo, ‘los ciclos migratorios en la región se explican tanto por factores de expulsión, como la falta estructural de oportunidades de trabajo decente y las crisis económicas, los desastres ambientales y los efectos del cambio climático, así como las crisis humanitarias y las violencias de todo tipo, y por factores de atracción, basados en mayores oportunidades de empleo, estudio, mejores salarios y reunificación familiar’. Existe entonces un vínculo muy fuerte de la migración con las desigualdades que existen dentro y entre los países”, afirmó Cecchini.
Destacó que la CEPAL mantiene una mirada que combina los desafíos del desarrollo con un enfoque de derechos, e instó a garantizar que la migración sea una opción informada y libre, y no una necesidad impuesta por las carencias y el sufrimiento.
“Tenemos que enfrentar las causas estructurales de la migración, y al mismo tiempo abordar los problemas que enfrentan las personas migrantes. Para hacer frente a la vulnerabilidad de personas migrantes, es urgente ofrecer vías regulares para la movilidad humana. Asimismo, proveer acceso a la educación, la salud, la protección social y el trabajo decente”, enfatizó.
Por su parte, la Coordinadora Residente de la ONU en Chile, María José Torres Macho, subrayó la importancia de que la movilidad humana sea objeto de preocupación y atención no solo de los países y la política pública, sino de todos los actores de la sociedad.
“Nos tiene que convocar a todos, es un tema que tiene que ver con el futuro de la Agenda 2030”, afirmó.
Marcelo Pisani, Director Regional de la OIM en América del Sur, en tanto, destacó que la migración intrarregional es una tendencia de los procesos migratorios de América Latina y es particularmente alta en América del sur donde se estima que casi 4 de cada 5 migrantes reside en otro país de esta subregión de las Américas.
“En este sentido, el objetivo de fortalecer las capacidades nacionales para aprovechar plenamente los beneficios socioeconómicos de la migración intrarregional y sus contribuciones al desarrollo sostenible resulta prioritario”, aseveró.
Francesco Carella, especialista en migración laboral y movilidad de la Oficina Regional de la OIT, destacó el trabajo coordinado por la CEPAL y señaló que, en momentos en que el debate público alrededor de la migración suele enfocarse en los aspectos negativos, es muy importante que tengamos datos y análisis que nos permitan destacar que los migrantes aportan a las sociedades y las economías.
En el marco del proyecto, se llevaron a cabo estudios sobre los casos de Costa Rica, Chile, Jamaica, México y Perú, cuyos resultados fueron difundidos y discutidos en sendos talleres nacionales, aportando evidencias actualizadas sobre las contribuciones de las personas migrantes. Las investigaciones combinan aproximaciones y análisis cuantitativos y cualitativos para identificar y dimensionar las contribuciones que las personas migrantes hacen a los países de origen y destino, en tres dimensiones de gran interés: la económica, incluyendo las contribuciones al mercado de trabajo; la demográfica, con su aporte al crecimiento de la población por ser grupos de población mayoritariamente en edades reproductivas y, finalmente; la dimensión cultural, con sus transformaciones y enriquecimientos socioculturales en las comunidades de acogida.
Los estudios realizados en Chile, Costa Rica, México y Perú pueden ser revisados en el documento Sobre las contribuciones de la migración al desarrollo sostenible: estudios en países seleccionados.